[Texto semanal] Insurrección en Grecia. Reflexiones, sucesos y comunicados sobre el levantamiento

Presentamos el primer texto que inaugura una nueva iniciativa de este Blog. Esta consiste en colgar textos de dificil acceso o inéditos. En principio la idea es subir un texto cada semana, eligiendo el domingo como día. Cualquier aportación será agradecida, ya sabeis como contactar con nosotr@s!

El texto que colgamos hoy trata el tema de la insurrección griega de diciembre del año pasado, cuenta lo que sucedió, realiza un breve repaso a los momentos históricos de mayor conflictividad social en Grecia, además incluye un apartado de crítica y autocrítica a la lucha en apoyo a la insurrección en el Estado español. Por otro lado, se incluyen dos anexos, uno con una selección de comunicados que iban llegando a nuestras manos y el otro explicando brevemente las diferentes organizaciones políticas griegas de relevancia.

Esperemos que aporte elementos de debate!



Puedes descargarte el pdf pinchando aquí, ya está preparado para imprimir con portadas y demás. Recomendamos, de hecho, esta opción ya que aparecen las notas a pie de página.



ÍNDICE

-Introducción
-La chispa, la llama y la hoguera
-Antecedentes inmediatos y no tan inmediatos de la insurrección de diciembre
-Valoración, crítica y autocrítica

ANEXOS
-Comunicados
-Organizaciones políticas griegas





INTRODUCCIÓN

“El pasado define el presente porque la humanidad todavía no es
dueña de su propia historia”
Herbert Marcuse, Eros y Civilización (1953).

Contar una historia no es lo mismo que contar un trozo de la Historia. En el primer caso se trata de un suceso que carece de la importancia de modificar nuestras vidas, un acto, intencionado o no, que no posee el poder de cambiar de forma real la secuencia de acontecimientos que llamamos Historia. Puede cambiar la vida de una persona, o de varias, pero no interferirá en los sucesos históricos futuros.

La insurrección en Grecia se sitúa precisamente en el segundo caso. A nivel global, una gran cantidad de personas se han sentido identificadas (consciente o inconscientemente) con las acciones que los insurrectos e insurrectas llevaron a cabo durante el mes de diciembre principalmente. En muchos países, la población hubiese quedado en silencio ante el asesinato de un joven por parte de sus fuerzas de seguridad. Efectivamente, encontramos una evidente diferencia entre los diferentes lugares. En Oakland las protestas por el asesinato de un joven creo una situación de respuesta efectiva contra las fuerzas de seguridad, causantes del asesinato, el mobiliario urbano y la policía fueron los objetivos de la rabia. En Lisboa, el joven Kuku murió a manos de un policía y manifestaron su rabia alrededor de 500 personas, a pesar de que en este caso no se llegara a la acción en la misma medida que en el caso anterior. En contraste, en España, un joven fue asesinado a golpes en una comisaría en Gijón y la respuesta fue absolutamente nula.

Ninguna respuesta ha sido suficiente para restablecer la injusticia que supone una muerte de estas características, es decir, ninguna respuesta ha destruido al sistema que necesita de fuerzas de seguridad para garantizar su continuidad. Ninguna respuesta ha sido suficiente para acabar con el monopolio de la violencia por parte del estado, ni para crear vínculos sociales que lo hagan innecesario ante los ojos de los que han sido engañados para considerarlo imprescindible. Solo eso hubiese sido justo de verdad, y no una simple destitución del cargo al policía en cuestión.

La insurrección de Grecia ha sido la más cercana a estos objetivos, a pesar de seguir quedando muy lejos, tanto en sus acciones como en sus palabras. Por eso, analizamos lo que se puede considerar una respuesta a la “altura” de un acto tan despreciable. Hay miles de ocasiones que generan rabia entre la mayoría de la población, pero es ese odio inconsciente hacia la dominación total encubierta el que en ocasiones coincide extensamente y estalla de forma impredecible. Esto nos reafirma en nuestra posición de que el sistema capitalista es incompatible con la libertad humana, de la misma forma que todos los sistemas que le precedieron, y que esta barbarie merece respuesta.

Al margen de las consecuencias directas de las acciones, que no han sido pocas, la insurrección griega ha puesto sobre la mesa muchos temas que han supuesto un soplo de aire fresco y de ánimos a los compañeros y compañeras que nos encontramos en diferentes lares. Han hecho Historia para aquellos que estamos en guerra contra el poder, a nosotros nos tocará recoger el legado y actuar en consecuencia, para que la Historia sea nuestra y retomemos por nuestra mano la vida robada.






LA CHISPA, LA LLAMA Y LA HOGUERA

“Ninguna discusión con ellos ni contra ellos es posible. Están demasiado enfermos”
M. Bakunin, Dios y el Estado.

El 6 de diciembre a la madrugada se produjo el asesinato del joven Alexandros, de 15 años, sucedió en el barrio de Exsárjia, barrio de Atenas conocido por su combatividad, donde las provocaciones policiales son repelidas con decisión. En este barrio se reúnen multitud de jóvenes para salir de fiesta por la noche. Los medios informaron inicialmente que Alexandros trataba de lanzar un cóctel molotov contra una patrulla, sin embargo, un video que circulaba por internet y las declaraciones de los testigos desmentían dicha versión y afirmaban que fue un asesinato a sangre fría. Además, Alexandros estaba vinculado al movimiento anarquista, de gran implantación en Grecia, por lo que la rabia no tardó en hacerse visible, o lo que es lo mismo, a sentirse en las calles. Esa misma noche se concentró una gran cantidad de personas en el Hospital “Evangelismos” donde fue trasladado Alexandros, ya fallecido, con el fin de evitar que la policía entrase en el edificio.

La tarde del sábado, miles de individuos se concentraron en los centros de diferentes ciudades griegas, mientras en Atenas, tras una carga policial en el barrio donde ocurrió el asesinato, se realizó una asamblea en la Universidad Politécnica. Los disturbios se extendieron desde esta universidad por toda la ciudad entre violentos choques con la policía. Se ocuparon las facultades de Económicas, El Panteón y Derecho mientras se realizaba una masiva manifestación espontánea en Salónica. Los bancos empezaron a arder en todo el país, tanto en manifestaciones como en acciones directas descentralizadas.

Se habían convocado manifestaciones a nivel estatal y en algunas ciudades europeas para el Domingo a las 13:00. En Salónica y Atenas sucedieron los hechos más significativos, varias comisarías fueron pasto de las llamas, al igual que diversos bancos y edificios gubernamentales. La manifestación de Atenas reunió a alrededor de 10.000 personas, mientras que la de Salónica a unas 3.000 (en esta última se ocupó la facultad de Teatro, siendo esta rodeada por la policía). Este es un número significativo de gente teniendo en cuenta que la población total de Grecia es de unos 3.000.000 de habitantes. Sin embargo hubieron enfrentamientos con la policía en la mayor parte de las ciudades del país, donde los manifestantes atacaron bancos sistemáticamente. Las imágenes de los disturbios se extienden por todo el mundo.

En los días posteriores, la solidaridad internacional se mostró en concentraciones frente a consulados griegos en Londres y Berlín, además de una manifestación en París y otra en Hamburgo. En Grecia, miles de estudiantes ocupan sus institutos y se enfrentan a la policía con gran decisión y firmeza. El lema de los estudiantes más jóvenes es, entre otros, POLICÍAS-CERDOS-ASESINOS y acuden a miles a las comisarías con el fin de atacarlas de diversas maneras, desde cócteles molotov a lanzamiento de frutas. Algunas comisarías son completamente destruidas y cada vez más bancos arden en su totalidad. Empiezan a producirse detenciones y un gran número de heridos, tanto manifestantes como policías.

Durante todo el mes se siguió con las acciones, los protagonistas principales fueron estudiantes y anarquistas, sin ser menos los trabajadores y los inmigrantes. Las ocupaciones de facultades se muestran útiles como centros de reunión y de asambleas, se trata de mantener a la policía alejada de ellas ya que ocasionalmente tratan de atacarlas, principalmente en Atenas y Salónica. El día 8 fue un día de grandes enfrentamientos, en Atenas se prendió fuego al árbol de navidad gigante que había al lado del parlamento. Las manifestaciones y acciones directas se vuelven a extender por todo el país, atacando comisarías y bancos principalmente, pero no solo. Los disturbios son especialmente violentos durante las noches, noches que en palabras de los jóvenes griegos “pertenecen a Alexis”.

Los insurrectos cada vez muestran formas de organización más eficaces y la policía no siempre consigue sus objetivos.

El Martes 9, se continúa con la tónica general. Como dato interesante es destacable que en Corfú miembros de las juventudes de los partidos comunista y socialista se sitúan en la universidad para protegerla, pero no de la policía, sino de los manifestantes. Finalmente, unas 100 personas consiguen entrar y ocupar el edificio a la par que una multitud de estudiantes atacaba con piedras la comisaría del barrio Saróku. El Partido Comunista de Grecia (KKE) junto con diversas organizaciones y partidos de izquierdas rechazan las actuaciones de los jóvenes, generando desprecio entre los mismos. Los falsos partidarios de la revolución se desenmascaraban ante la sorpresa de algunos y las sonrisas de los que esperaban ese momento. En Atenas las manifestaciones se desplazan hacia la plaza Syntagma, donde se sitúa el parlamento de Grecia, que será escenario de violentos enfrentamientos los próximos días. Además se reocupó la desalojada Universidad de ASSOE tras una batalla campal contra los numerosos policías que la custodiaban, se peleó hasta que huyeron y la dejaron vacía.

La tensión aumentó al acercarse una huelga general convocada para el día 10 de diciembre con motivo de las reformas económicas y laborales del gobierno. Esta huelga fue convocada antes del asesinato de Alexandros por los sindicatos mayoritarios “Confederación Griega Central de trabajadores” (GSEE) y la “Confederación de Empleados Estatales” (ADEDY). La situación había llegado al punto en que se había saqueado una tienda de armas y el estado griego se planteaba la posibilidad de declarar el estado de excepción por la violencia desatada. El gobierno se reunió con la oposición para que se aceptase un plan común; además, todos los grupos parlamentarios acusaron al partido de izquierdas SYNASPISMOS de apoyar la revuelta cuando sencillamente no la había condenado, este partido, al contario que los demás había aumentado su popularidad. Esto demuestra como los no partícipes de la lucha, los espectadores, se dejan llevar por aquellos que no dejan pasar la oportunidad de hallar nuevos adeptos. En la periferia de los conflictos siempre se encuentra esa masa de gente incapaz de posicionarse autónomamente, por lo que delega la expresión de su punto de vista en un voto arrastrado hacia una corriente política por una situación dada (izquierdista en este caso). En los países occidentales esto es más palpable debido a los sistemas bipartidistas.

El Martes 9 se llevó a cabo el funeral de Alexandros, alrededor de 7.000 personas acudieron, avisando previamente que si había presencia policial atacarían sin miramientos. En efecto, se cumplieron los pronósticos, la policía se presenció (con helicóptero incluido) y los choques sucedieron inevitablemente. Finalmente las fuerzas del orden se replegaron a la comisaría general de la avenida Alexandras mientras la gente quemaba bancos y tiendas. Durante el funeral se gritaba “¡policías, cerdos, asesinos!” y “¡Alexandros, estás vivo!”. Se realizaron manifestaciones en muchas ciudades griegas, y en la de Patras se descubrieron grupos de fascistas y policías vestidos de paisanos destruyendo locales particulares y pequeños comercios. Cuando estos individuos fueron atacados se escondieron tras las filas de los antidisturbios, una táctica más de juego sucio que se repetiría constantemente.

Cada vez son más los diferentes grupos sociales que se unen, principalmente trabajadores, profesores de secundaria y de universidad, periodistas, etc. Como consecuencia, el gobierno pide que se desconvoque la huelga general frente al rechazo de los sindicatos. Este mismo día, miles de presos de 23 cárceles griegas realizan una huelga de hambre en solidaridad con los luchadores durante un día.

El día de la huelga general empezaba con una multitudinaria manifestación en Atenas, donde se lanzaron cócteles molotov al parlamento. Grecia amaneció paralizada debido a que los trabajadores de los transportes públicos secundaron la huelga masivamente (trenes, metros y tranvías se paralizaron completamente, mientras que autobuses y trolebuses lo hicieron durante cuatro horas). La compañía aérea nacional canceló 96 vuelos, mientras que los servicios públicos (escuelas, hospitales, etc.) fueron completamente paralizados. Multitudinarias manifestaciones salieron desde diferentes puntos de la ciudad para converger en el parlamento donde se reunieron unas 20.000 personas, las cargas policiales desencadenaron virulentos disturbios. También se convocaron manifestaciones en otras ciudades griegas, en Salónica se reunieron alrededor de 3.000 personas.

Las acciones en solidaridad en otros países fueron numerosas y llegando en algunos lugares a la destrucción de una comisaría y coches de la policía (Bristol), en otros se limitó a concentraciones en los consulados, en el Estado español, las diferentes manifestaciones y concentraciones fueron reprimidas en medio de la histeria policial que realizaba despliegues desmedidos. En Roma se quemaron coches patrulla, contenedores y una furgoneta militar entre otras acciones, mientras que en Dinamarca una manifestación de 300 personas no pudo ni siquiera salir del lugar donde había sido convocada, y con un saldo de 62 personas detenidas. En Burdeos, dos coches de la embajada griega aparecieron quemados, en Moscú se lanzaron cócteles molotov a la embajada y en Bolonia 5 policías resultaron heridos tras enfrentamientos con solidarios con la revuelta griega. También se realizaron protestas en Suiza, Turquía, Estocolmo, París, Nueva Zelanda y Croacia.

La noche del día 10 (madrugada del día 11) los disturbios se extendieron por varias ciudades griegas, además se habían convocado más manifestaciones para ese mismo día y el Ayuntamiento de Áyios Dimítrios fue ocupado por sus empleados junto con otras personas. El día continuó con la ocupación de la Universidad de Bellas Artes y el departamento de Farmacéutica de Atenas, sumándoseles las ocupaciones de diversos edificios públicos en Larisa y la Universidad de Creta al completo. Además, en Salónica se destruyeron por completo las oficinas del diario “Macedonia” y alrededor de 500 personas rodearon una comisaría. En Atenas, tras una noche entera de resistencia a la policía en la Politécnica y en otros edificios universitarios, por la mañana se realizaron ataques bien organizados a diferentes comisarías y se convocó una asamblea popular en el centro de la ciudad. En Patras se realizó una manifestación de 5.000 personas para protestar por las actuaciones parapoliciales de secretas y fascistas; además, un comunicado de la asociación de pequeños comerciantes de la ciudad afirmó que solo había sido dañada una tienda y debido a las piedras que la policía lanzaba contra los manifestantes, desmintiendo así las versiones de los medios.

El Ayuntamiento ocupado de Áyios Dimítrios acogió una asamblea de 300 personas de todas las edades, se debatieron diferentes temas y se decidió realizar varias actividades culturales.

La situación del día 13 consistía en que la mayor parte de los institutos permanecían sin clases debido a que los alumnos y alumnas se negaban a volver. En su lugar, acudieron masivamente a una manifestación pacífica, a estas alturas quedaba poco por destruir en Atenas. Sin embargo, las provocaciones policiales produjeron el retorno de los disturbios que igualaron a los de los primeros días tras la muerte de Alexandros. La policía se estaba preparando para conocer los resultados de la autopsia, se barajaba la posibilidad de que la bala hubiese rebotado antes de dar con el cuerpo del joven. Como si las protestas se redujeran a la muerte de Alexandros, como si estas no hubiesen superado su fase inicial de reivindicación y hubiesen llegado a una revuelta prácticamente generalizada. La clase política se plantea la posibilidad de destituir al primer ministro Costas Karamanlis (de Nueva Democracia, partido conservador) para reducir las tensiones en el país. Los que no quieren que les roben el pan, ofrecen migajas.

El que sí dimitió fue el rector de la Universidad de Atenas, Jristos Kitas, al considerar que “La juventud se está yendo al garete”. A día 14 de diciembre, había 260 personas detenidas siendo encarceladas 24, este número crecería considerablemente con el tiempo. Por otro lado, los medios de comunicación estiman los daños rondando los 200 millones de euros .

Se irrumpió en diferentes emisoras de radio y televisiones con el fin de leer comunicados. La oficina del GSEE fue ocupado y se realizaron asambleas en el edificio. Estos son ejemplos del paradigma que dominó a Grecia durante los siguientes días, las ocupaciones de edificios continuaron y se extendieron, pero las manifestaciones fueron poco a poco disminuyendo en gente. Se realizaron teatros callejeros y bailes de ballet cortando calles y avenidas.
Cabe destacar el día 18, debido a que se produjeron de nuevo manifestaciones extremadamente numerosas. En Atenas hubieron dos convocatorias que se unieron en la Plaza Syntagma, donde comenzaron los enfrentamientos, una por parte del Partido Comunista griego (KKE) y otra por parte de diferentes sindicatos de profesores y estudiantes; la primera partió de la plaza Omonia y la segunda de la Universidad de Atenas. Acudieron a cada una alrededor de 10.000 personas. El anodino árbol de navidad gigante fue pasto de las llamas de nuevo “es por el imbécil del alcalde que quiere celebrar la Navidad en medio de la insurrección.” Además se acompañó la jornada con una huelga que tuvo bastante seguimiento. La situación de las ocupaciones en esos momentos era de una ingente cantidad de escuelas, universidades, ayuntamientos y varios edificios oficiales ocupados.
Algunas palabras de un testigo de aquel día comenta: “Gritos, lemas...las calles son nuestras y esto es algo que se veía claramente. Es algo que se notaba, que después de tantos días saliendo a la calle los jóvenes, los mayores...todos..., se les veía que la calle les pertenecía. Es algo que no soy capaz de explicar. Reapropiación total del espacio público, del espacio urbano [...] era una mani totalmente pacifica y los únicos ataques que se realizaron era la destrucción de cámaras de vigilancia. [...] En la plaza de Síntagma nos encontramos con multitud de antidisturbios (MAT). Ahí empezaron los primeros disturbios. [...] Un grupo de izquierdistas realizó un ataque cuerpo contra cuerpo con los MAT, con palos de madera. Ahí empezaron a tirar los primeros gases lacrimógenos. La gente contestó con una oleada de piedras y bolsas de pintura. Los bloques de los manifestantes se reorganizaron y empezaron a dirigirse de nuevo a Propílea. Ya los antidisturbios nos seguían por las aceras y los callejones alrededor de la Panepistimíu. Otro ataque con piedras y cócteles molotov y de nuevo gases lacrimógenos. [...] Entre barricadas muy bien construidas y ataques muy bien organizados y solamente a bancos y a ministerios, a lo largo de la calle Panepistimíu y Akadimías nos dirigimos todos a la facultad ocupada de Derecho, ya que había asamblea general. [...] Una asamblea enorme, con la participación de más de 700 personas. Ahí estaban los "representantes" de todos los departamentos ocupados transmitiendo las decisiones de sus asambleas. Se veían claramente la intención y las ganas de seguir, tanto durante las vacaciones de la navidad como después. En la última planta del edificio gente en las terrazas tirando piedras a los antidisturbios y vigilando el área avisando a los que se enfrentaban en la calle. [...] En el patio fuegos, para poder protegernos de los gases lacrimógenos que tiraban los antidisturbios, incluso dentro...”. Este es un relato en primera persona que refleja el día a día de aquellos momentos de insurrección.
A partir de este momento, la lucha siguió derroteros diferentes, de igual importancia a los dados hasta el momento. Mientras seguían las manifestaciones y las acciones directas, las ocupaciones se extendieron considerablemente y las asambleas realizadas en ellas acogían a muchas personas de todo tipo. Por otro lado, el ataque contra Konstantina Kouneva, consistente en el lanzamiento de ácido sulfúrico a la cara, puso de nuevo a la solidaridad en el candelero. Konstantina era una inmigrante búlgara, sindicalista conocida por su combatividad, poco antes del ataque había venido exigiendo pagas atrasadas a las trabajadoras de su empresa de limpieza, su madre había sido despedida a modo de venganza, y ella había sido trasladada involuntariamente. Las prácticas contra los trabajadores y trabajadoras son corrientes en las empresas de limpieza de Grecia, y OIKOMET (la empresa donde Konstantina trabajaba) no es una excepción. El brutal ataque fue llevado a cabo por matones de la empresa, y las muestras de solidaridad fueron inmediatas con concentraciones, manifestaciones y acciones directas.
La noche de Nochevieja se realizaron concentraciones en las cárceles y un buen número de acciones directas contra bancos y otro tipo de edificios. Entre ellos destaca el local del partido de extrema derecha LAOS en Atenas, que fue destruido.
El día 5 de Enero, un desconocido disparó contra una patrulla policial, resultando heridos dos policías, uno de ellos de gravedad. La policía aprovechó para tomar el barrio de Exsárjia y desalojarlo de forma muy violenta (registros en casas, desalojo de cafeterías y bares, etc.), alrededor de 100 personas resultaron detenidas. El atentado fue reivindicado por Lucha Revolucionaria. En realidad había sucedido un hecho similar días atrás, el 23 de diciembre, cuando un autobús policial recibió una ráfaga de disparos cerca del campus universitario de Goudi. En esta ocasión la acción no tuvo tantas consecuencias, no hubieron heridos, y fue reivindicado por Acción Popular, una organización de la que nunca se habían tenido noticias anteriormente.
El día 10 de enero se realizó una manifestación a la que acudieron más de 15.000 personas contra las reformas educativas y el terrorismo de estado. Esta manifestación fue duramente reprimida por los antidisturbios, unas 100 personas fueron acorraladas en un bloque de edificios, protegidos por una muchedumbre que mostró su rechazo a la policía y que finalmente fue detenida.
Los días 13, 14 y 15, se llevó a cabo una oleada impresionante de ocupaciones. Las juventudes de los partidos comunista, socialista y demócrata (que gobernaba en esos momentos) intentaron boicotear las asambleas de ocupación votando en contra o diciéndole a la gente que no acudiese; sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano.
Las manifestaciones recuperaron la afluencia de gente, sobre todo en Atenas, donde 10.000 personas se manifestaron contra el terrorismo policial y en solidaridad con Konstantina Kouneva el jueves 22 de enero. Según un texto de reflexión de aquella manifestación “las manifestaciones, a partir de Diciembre pasado, ya no son paseos por el centro de la ciudad que lo único que provocan son los cortes "suaves" del tráfico, sino son una amenaza verdadera hacía la mercancía y sus inversiones”.
El lunes 26, se demostró como la defensa de los barrios de los ataques del estado, tomaba de la revuelta su capacidad de respuesta física y real. Operarios trataron de arrancar los árboles de un parque del barrio de Kipséli, sin embargo, los habitantes del barrio se enfrentaron a la policía (que defendía a los operarios) y una comisaría fue atacada después de los disturbios. Por la noche del mismo día muchas personas se congregaron para plantar árboles en el parque destruido.
Hemos decidido cortar aquí el relato, sin embargo, a estas alturas (julio de 2009) Grecia se sigue definiendo por su alta combatividad. Las protestas de los agricultores en febrero, las de los inmigrantes, las ocupaciones continuas de diversos edificios públicos y parques, las manifestaciones por la okupación, las acciones directas de todo tipo, etc. indican que nada ha acabado. La población ha tomado conciencia de que las armas están al alcance de sus manos, que no hay dignidad sin lucha ante un ataque. Ya no es necesario que haya anarquistas en las manifestaciones para que se ataque a la policía en caso de necesidad, se han definido dos bandos opuestos y la represión de uno de ellos es insuficiente para domar la fuerza de sus enemigos.





ANTECEDENTES INMEDIATOS Y NO TAN INMEDIATOS DE LA INSURRECCIÓN DE DICIEMBRE.

“Es grave advertir
que después del orden
de este mundo
hay otro orden”
A. Artaud, Para terminar con el juicio de dios (1947).

La explosión de diciembre y su continuación, algo más sosegada pero igual de combativa, se debe a una infinitud de factores. Únicamente intentaremos explicar los que consideramos más relevantes.

El 22% de los jóvenes en Grecia no tienen trabajo, la crisis económica se juntó con unas medidas nefastas por parte del gobierno. El descontento era ya generalizado antes del asesinato de Alexandros. Por si no fuese poco, varios escándalos han afectado a ministros del gobierno provocando su dimisión, pero la sensación de malestar continúa pese a dichas dimisiones. Las reivindicaciones económicas han sido cruciales en la insurrección, sin embargo, lo más interesante de esta no ha sido sus reivindicaciones sino sus tácticas como veremos más adelante. Es por eso que realizaremos un breve repaso histórico a los momentos de conflicto en Grecia, nos parece más interesante el recorrido histórico que las reivindicaciones puntuales de los sucesos relatados.

Una mirada hacia el pasado nos indica una historia de alta combatividad en el territorio griego. Desde la época “dorada” del llamado siglo de Pericles (siglo V a.c.), cuando se instauró la democracia, iniciada por Clístenes, fue una forma de gobierno más avanzada frente a otros imperios más dictatoriales, como por ejemplo el imperio persa. Si bien no fue una democracia basada en la igualdad total y en la libertad, si que se aproximó ligeramente a una democracia directa, al menos en la forma. Mantuvieron sus esclavos, algo similar a la Utopía de Tomás Moro, que curiosamente denominaba unos siglos después país libre a un país donde “Los esclavos están obligados a trabajar continuamente, y llevar cadenas” . Es indiscutible que la exagerada admiración, principalmente intelectual, hacia aquel sistema de gobierno es desproporcionada; sin embargo, se introdujo el concepto de libertad como posibilidad, a pesar de hacerlo tras una cortina de humo, y se ha mantenido sobre la mesa desde entonces. Eso ha supuesto una influencia difusa en la historia del país.

La ocupación por parte del Imperio Otomano del siglo XV acabó en el XIX. Durante el siglo XVIII se formaron grupos de bandoleros y piratas debido a la inestabilidad del Imperio Otomano, que supondrían los primeros núcleos protagonistas del levantamiento nacional de 1820, año en que obtendrán la independencia.

Durante la ocupación nazi de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1941 y 1944, partisanos griegos (divididos en dos facciones: una comunista y otra conservadora), se enfrentaron con decisión a la invasión. Los dos bandos opuestos en las filas que resistieron al régimen nazi se enfrentaron en una guerra civil cuando finalizó la ocupación, aunque ya habían sido protagonistas de conflictos por los puestos dirigentes de la resistencia. Los comunistas griegos se opusieron a la alianza de los monárquicos con Gran Bretaña, continuando la guerra cuando retornó Jorge II como monarca de Grecia. Llegaron a formar en 1947 el Gobierno de Grecia Libre que fue apoyado por la Unión Soviética. El poder ejercido por los comunistas griegos, de la organización ELAS (Ejército Nacional de Liberación Popular, dirigido en la práctica por el KKE), fue pro-soviético y dominó en casi toda Grecia. Fue la colaboración entre Stalin y Churchill lo que terminó con la lucha de los comunistas y evitó la conquista de Atenas por estos últimos, negándoles la ayuda que les había proporcionado hasta el momento. En 1950 las últimas facciones armadas comunistas abandonaron Grecia tras la derrota, huyendo a Albania. Nos parecen interesantes estos hechos en tanto en cuanto demuestran la capacidad de búsqueda de libertad del pueblo griego, a pesar de que esta sea violada por sus falsos exponentes, tal y como predijo Cornelius Castoriadis .

En 1967, un golpe militar, empujado por la inestabilidad económica y política del país, impuso el terror dictatorial en Grecia. Miles de personas fueron encarceladas, muchas de ellas comunistas. Irónicamente, la dictadura se alió en ciertos aspectos con la dictadura China, de otro color pero de similares consecuencias. Tras las fuertes protestas populares y la conocida ocupación de la Politécnica por parte de los estudiantes en 1973, con gran apoyo nacional e internacional y que acabaría en una masacre, el pueblo griego perdió el miedo a la lucha y las posibilidades de victoria cambiaron de bando. El llamado Régimen de los Coroneles realizó una tentativa de distracción intentando consumar militarmente la Enosis (unión de Chipre con Grecia), pensaban que un logro militar podía beneficiarles socialmente. El error fundamental fue que en Chipre existía una minoría (20% aproximadamente) de turcos, por lo que Turquía decidió enviar tropas a la isla. El fracaso provocó que la junta militar dejase el poder definitivamente.

En 1985, durante una protesta, el joven Michalis Kaltezas fue asesinado por la policía. Inmediatamente se ocuparon algunos edificios universitarios. La dirección universitaria permitió la entrada de la policía a la universidad para desalojar a los ocupantes, cosa que no ocurría desde 1976, en plena dictadura cuando los estudiantes ocuparon la politécnica. Una oleada de disturbios sacudió al país entero durante varios días. La “Organización Revolucionaria 17 de Noviembre” colocó una bomba en una furgoneta de antidisturbios, matando a uno de ellos e hiriendo a 14 en respuesta al asesinato.

Las protestas contra las reformas educativas del 2008 no solo habían sido reprimidas por la policía sino que también se emplearon diversos grupos fascistas que golpeaban a los estudiantes para disuadirlos de su actividad. La violencia policial se hizo patente además cuando el 29 de mayo del 2008, en la isla de Corfú, durante una protesta contra la construcción de un vertedero, la policía golpeó a un joven que iba en moto, este perdió el control cayendo encima de una mujer que finalmente perdió la vida. Se produjeron disturbios mientras la policía culpaba al joven de la moto de la muerte. Se hizo una manifestación en el pueblo Lefkími que reunió a unas 3.500 personas, número impresionante para un pueblo tan pequeño. Los lemas gritados iban en contra de la presencia policial.

El 3 de noviembre del 2008, alrededor de 3.000 presos se pusieron en huelga de hambre y 7.000 presos (de un total de 12.000 presos que había en Grecia) apoyaron la lucha de diversas maneras. Se hizo una lista de 16 peticiones, algunas de ellas fueron finalmente aceptadas y el 21 de noviembre se abandonó la huelga de hambre. Se realizaron una multitud de acciones en solidaridad con los presos en lucha, muchas de ellas incendiarias.

Por otra parte los inmigrantes venían realizando acciones de protesta por su pésima situación. En abril, miles de inmigrantes se pusieron en huelga en los campos de fresa de Nea Manolada finalizando esta con la victoria de estos. Trabajadores griegos mostraron su solidaridad con ellos en una masiva manifestación. 15 inmigrantes africanos llevaban más de 20 días en huelga de hambre cuando sucedió la insurrección de diciembre y se habían ocupado edificios gubernamentales en señal de protesta. El día 5 de diciembre, el día anterior al asesinato, se realizó una manifestación masiva en apoyo a los inmigrantes. Sin embargo, la lucha había empezado en noviembre con protestas callejeras en las que, en uno de los enfrentamientos con la policía, un inmigrante pakistaní resultó muerto.

En todas estas luchas, el movimiento anarquista-autónomo griego había participado activamente, ganándose la solidaridad de cientos de personas. Tenían además una larga experiencia en los enfrentamientos con la policía, que no siempre salía victoriosa.

El movimiento estudiantil es esencial en el panorama político griego, desde la ocupación de la Politécnica que tumbó a la Dictadura de los Coroneles, esta herramienta ha sido utilizada incontables veces, con una capacidad de expansión extraordinaria y espontánea. Además el movimiento estudiantil cuenta normalmente con el respaldo de la mayoría de la población. En los años 1990-1991, el movimiento de ocupaciones desestabilizó seriamente al gobierno de derechas que gobernaba en el momento. Durante los diferentes intentos de privatización se han extendido las ocupaciones, dirigidas por asambleas y apoyadas por multitudinarias manifestaciones. Recientemente, en las luchas contra el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), se ocuparon cientos de centros universitarios y se realizaron manifestaciones masivas con enfrentamientos con la policía en ciertas ocasiones. Muchas aulas permanecen ocupadas permanentemente, mientras que los comedores universitarios son gratuitos .

Esto no ha sido más que un humilde repaso a los momentos de mayor conflictividad popular en territorio griego. Sirve para conocer el camino que ha seguido el pueblo griego hasta la actualidad. Inevitablemente, una historia de combatividad influye en el pensamiento de los rebeldes actuales, tanto en Grecia como en cualquier otra parte donde los haya. En algunos momentos ha sido la propia gente la que ha desencadenado los conflictos, en otras ocasiones han sido empujado por líderes autoproclamados y muchas veces traicionados por ellos. Lo que se desprende de la revuelta del 2008-2009 es que no ha habido nadie que haya podido engañarles porque ha carecido líderes y portadores de la verdad incuestionable, una aspereza que se ha sabido limar gracias al conocimiento histórico.





VALORACIÓN, CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA

“La revolución moderna es todo o nada: las revueltas individuales están condenadas a fracasar hasta que estalle una reacción internacional en cadena que se extienda más lejos de lo que la represión pueda abarcar”
Ken Knabb, El placer de la revolución (1997).

Las manifestaciones por la okupación pasaron de alrededor de 300 personas en el 2008 (como en la manifestación de apoyo a la okupa de Evangelismos en agosto) a más del doble en el 2009. La fuerza de las protestas de diciembre ejercieron una evidente influencia en la juventud griega en particular y sobre toda la población en general. Este es uno de tantos ejemplos del aumento de la conflictividad en el país.

Al llegar a la raíz del problema, los rebeldes griegos han sabido atacar a la base del sistema. Sin embargo, desde la distancia se puede realizar una crítica, y es que si bien a nivel ofensivo se demostró una gran fuerza, no sucedió de la misma manera en cuanto al nivel organizativo asambleario. Se intentó, naturalmente, pero no fue suficiente. El hecho de que se desarrollasen así los acontecimientos no quiere decir que sus artífices merezcan penitencia, sino que las condiciones para la generalización de las asambleas populares no se dieron bajo un sistema de personas atomizadas y alienadas. El intento requiere repetición, y su fracaso análisis. Se trata de un dato que debe servirnos para el futuro: realizar llamados a la destrucción física del sistema es imprescindible pero no suficiente. Lo mismo sucede con la creación de una alternativa real, caso más complicado, si cabe, que el anterior. Eliminar las estructuras físicas es una cosa, pero destruir las psicológicas es otra, ambas están relacionadas pero no son intercambiables, estas últimas solo se derriban cuando se plantea una alternativa a la limitación que suponen. No se trata de planificar totalmente una revolución y la sociedad que se derive de ella, sino de plantear una serie de principios generales que no se queden en el abstracto ni en la extrema concreción. Propuestas válidas pueden ser: el asamblearismo, la autogestión, el respeto de las diferencias, el antiautoritarismo, la horizontalidad, etc. Abrir el camino no significa planificarlo ideológicamente, pero la estrategia es completamente necesaria cuando se plantea de una forma flexible y adaptable a las diferentes situaciones.

Para algunas personas la insurrección griega ha supuesto la chispa que prenderá al mundo entero. Es obvio que no se dan las condiciones adecuadas. No creemos en las “condiciones objetivas” que inevitablemente desencadenan una revolución, pero por desgracia existen factores que pueden favorecerla o, por otro lado, frenarla. Efectivamente, una insurrección, al darse en un país industrializado y desarrollado como Grecia, ve dificultada su expansión a otros lugares. Una de las características de los países ricos es que se estructuran psicológicamente diferentes unos de otros, el condicionamiento psicológico del “Primer Mundo” ha supuesto entre otras consecuencias que las poblaciones de diferentes países no se sientan partes de una misma humanidad, antes bien se encuentran alejadas entre si. Por tanto, cuando Grecia se subleva, los demás países europeos no se sienten identificados con ello y difícilmente se sumarán a la revuelta. A esto hay que añadir la disolución de la conciencia de clase, la sustitución interesada de la lucha revolucionaria por la lucha reformista, el falso bienestar de las migajas, etc. Una vez estos obstáculos han sido superados (junto al condicionamiento psicológico) es casi inevitable la insurrección, y, como respuesta estatal, el paso del condicionamiento psicológico a la represión física.

Por otro lado, en el “Tercer Mundo”, la represión es básicamente física y en muchas ocasiones dictatorial, una insurrección tan generalizada como la griega en un país pobre generaría con mayor probabilidad la solidaridad entre sus vecinos por la empatía y la identificación de los mismos problemas.

Esto no quiere decir que la revolución será tercermundista o no será, sino que se debe hallar la forma de romper los obstáculos anteriormente mencionados. En la Península Ibérica, los diferentes sujetos interesados positivamente en la insurrección griega, en su momento no trabajamos lo suficiente en la expansión. Antes que nada se llevaron a cabo manifestaciones y concentraciones en solidaridad con la revuelta, sin preguntarnos hasta que punto sería una forma efectiva de mostrar solidaridad y en que consiste esta última. A nuestro modo de ver, se debería haber trabajado a nivel de difusión principalmente, ya que la mejor forma de ayudar a la revuelta era extendiéndola cada cual en su entorno contrastando la información manipulada. Y únicamente cuando se ha roto el condicionamiento psicológico se puede plantear la lucha a otro nivel. Cada lucha merece una forma de actuación, hay que valorar las diferentes posibilidades ya que no son equivalentes una campaña por la libertad de un preso, que contra la destrucción de un barrio, que por la extensión de una revuelta. No se puede esperar que estas manifestaciones tengan éxito cuando la gente únicamente tiene una fuente de información manipulada.

Por lo que respecta al uso de la teoría revolucionaria y el “ejercicio intelectual”, según un visitante reconocía que “el interés y la comprensión de la teoría y la historia revolucionaria no está reservado a una minoría entre los anarquistas griegos. Literalmente cada anarquista que conocí durante mi estancia era capaz de discutir teoría revolucionaria con profundidad y claridad.” Con esta cita queda clara una característica definitoria y determinante. El uso de la teoría revolucionaria conscientemente ha llevado a los insurrectos a una efectividad en la acción que supera a la mayoría de los países cercanos. Han sabido cambiar de estrategias cuando era necesario pero manteniendo siempre el mismo discurso contra el Capitalismo y por la libertad.

Algunos y algunas participantes en las revueltas viajaron a México al Festival de la Digna Rabia (diciembre-enero 2008-2009) donde leyeron un comunicado explicando las motivaciones de la insurrección: “El manifiesto hace alusión al asesinato de un joven griego, a manos de la policía, y señala que ‘la muerte de Alexis fue la gota que derramó el vaso’, con lo cual en México recordamos al Alexis que asesinó la PFP en Atenco, así como la insurrección juvenil griega nos recuerda inevitablemente a los jóvenes de las barricadas de Oaxaca.” . Esta conexión no es tanto una casualidad como un hecho aislado que representa un fenómeno global. El futuro próximo del Capitalismo tiene lugar en un mundo completamente globalizado, y el camino hacia ese mundo esta trayendo un conjunto de reestructuraciones importantes que también están afectando a los movimientos anticapitalistas. Cada vez existe más conexión entre las diversas fuerzas que buscan una revolución, cada vez se relacionan más unos hechos acaecidos en una parte del mundo con los acaecidos en otra y por tanto cada vez es más probable una respuesta global a un ataque local. Hay que tener cuidado, ya que el mismo avance ha realizado el Capitalismo, a cada ataque local que recibe, responde globalmente cuando le interesa. Es evidente que esta característica ha sido plenamente asumida desde hace años por el sistema, mientras que por nuestra parte, tejer las redes necesarias, todavía en un estado muy primitivo, y prepararlas para un incremento cualitativo y cuantitativo en la acción aún nos costará tiempo y experiencia. Al darse esta característica en ambos bandos, no se trata de una ventaja ni de un salto cualitativo en la lucha, sino de una parte más del camino al que hay que ir adaptándose según las circunstancias.

En consecuencia, la respuesta a algunos textos que consideraban la revuelta griega como una revolución en si misma consiste en invertir los términos. No ha habido una revolución en Grecia, sino que la insurrección griega ha formado parte de un proceso revolucionario, todavía lejos de sus objetivos, pero en constante movimiento.

La revuelta en Grecia ha demostrado los sentimientos reales de la población, de la juventud sobretodo, pero no solo. El hecho de que no se parase la lucha aún cuando se sabía que el estado iba a tomar represalias contra los policías que llevaron a cabo el asesinato indica que se sabía que no era un hecho aislado sino parte del capitalismo, y que por tanto seguirían sucediéndose hechos similares. La gente no quería tapar uno de tantos errores del sistema sino mostrar con acciones el rechazo a un sistema que necesita de dichos “errores” para mantenerse. De la misma forma que el hambre en el Tercer Mundo no se sacia con donaciones sino mediante la formación de una sociedad justa e igualitaria, los asesinatos policiales no se solucionan reprimiendo al asesino sino eliminando el monopolio de la fuerza por parte del estado.

Pero tampoco hay que engañarse respecto a los objetivos de la revuelta, la mayoría de los manifestantes declaraban motivos de orden económico, aunque les hubiese empujado a la lucha el asesinato de Alexandros. Las fallidas reformas económicas han sido más importantes a la hora de desatar la furia que el odio contra el sistema como un todo. Lo que es interesante atisbar en las movilizaciones es el alcance de unas herramientas que les permitan subir a cumbres más altas. Cuando los medios son limitados no existe la posibilidad de alcanzar fines ilimitados, pero al recoger las armas de largo alcance que los anarquistas griegos han difundido, para una buena parte del pueblo griego se presentan mayores probabilidades de atacar al sistema en su totalidad en un futuro . Poder es querer, y no al revés. Si lo pacífico y el diálogo solo sirven para reformas parciales que serán contrarrestadas por retrocesos en otros ámbitos, la respuesta decidida contra los que solo ofrecen un diálogo contaminado desde el principio desenmascara al verdadero enemigo, aquel contra el que hay que luchar incesantemente.

Respecto a las posibilidades que nos abre el momento actual, el enemigo real solo se vislumbra en momentos de conflictividad generalizada, nunca a escala reducida. Miles de Atenas en llamas repartidas por todo el mundo nos llevarán a la verdadera zona de combate, hasta entonces solo cabe prepararse y abrir el camino poco a poco, en todos los frentes. La única lucha real es aquella que se enfrenta al núcleo escondido tras los fantasmas de los falsos enemigos y aliados. La realidad de la lucha se descubre tras ganar la lucha por lo real.


Miguel Garrido
Valencia, 2009





ANEXO 1


"Vamos a determinar nuestra historia nosotros mismos o dejar que se determine sin nosotros..." (17/12/08)

Nosotros, los trabajadores manuales, empleados, desempleados, trabajadores temporales, inmigrantes o locales, no somos pasivos espectadores de la televisión. Desde el asesinato de Alexandros Grigoropoulos el sábado por la noche participamos en las manifestaciones, los enfrentamientos con la policía, las ocupaciones del centro o de los barrios. Una y otra vez tuvimos que dejar nuestro trabajo y nuestras obligaciones diarias para tomar las calles con los estudiantes, los universitarios y otros proletarios en lucha.

Hemos decidido a ocupar el edificio de la GSEE (Confederación general de trabajadores de Grecia):

-Para convertirlo en un espacio de libre expresión y un punto de encuentro de los trabajadores.
-Para negar el promocionado mito de los medios de comunicación de que los trabajadores están ausentes de los enfrentamientos, y que la furia de estos días es un asunto de unos 500 enmascarados, "hooligans" o algún otro cuento de hadas, mientras que en las pantallas de televisión los trabajadores se presentan como víctimas de los enfrentamientos, mientras que la crisis capitalista en Grecia y en todo el mundo conlleva un sin número de despidos que los medios de comunicación y sus administradores tratan como un "fenómeno natural".
-Para descubrir el papel de la burocracia sindical en el debilitamiento de la insurrección. La GSEE y todo el mecanismo sindical que lo apoya desde hace décadas y décadas, socava las luchas, negocia nuestra fuerza de trabajo para perpetuar el sistema de explotación y esclavitud salarial. La postura de GSEE el miércoles pasado fue bastante elocuente: la GSEE canceló la programada manifestación en la huelga, cambiándola por una breve reunión en la plaza Syntagma, dispersando a la gente con prisa de la plaza, por el temor a que pudiesen infectarse por el virus de la insurrección.
-Para abrir este espacio por primera vez -como una continuación de la apertura social creada por la insurrección en sí misma-, un espacio que ha sido construido por nuestras contribuciones, un espacio del que fuimos excluidos. Por todos estos años en que confiamos en toda suerte de salvadores, y acabamos perdiendo nuestra dignidad. Como trabajadores tenemos que empezar a asumir nuestras responsabilidades, y poner fin a la asignación de nuestras esperanzas a los sabios dirigentes o representantes. Tenemos que adquirir una voz propia, para reunirse, hablar, decidir y actuar. Contra el ataque generalizado que soportamos. La creación de resistencias colectivas "de base" es la única manera.
-Para propagar la idea de auto-organización y la solidaridad en los lugares de trabajo, comités de lucha y procedimientos colectivos de base, aboliendo la burocracia sindicalista.
Todos estos años tragamos la miseria, el proxenetismo, la violencia en el trabajo. Nos acostumbrados a contar los mutilados y nuestros muertos - los llamados "accidentes laborales". Ignoramos acostumbrados a los inmigrantes –nuestros hermanos de clase recogiendo muertos. Estamos cansados de vivir con la ansiedad de obtener un salario, beneficios fiscales, y una pensión que ahora se siente como un sueño lejano.
Estamos decididos a no abandonar nuestra vida en manos de los jefes y representantes sindicales, del mismo modo que no vamos a abandonar a los insurgentes detenidos en manos del Estado y del mecanismo jurídico.

IMMEDIATE RELEASE OF THE DETAINED
NO CHARGE TO THE ARRESTED
SELF-ORGANIZATION OF THE WORKERS
GENERAL STRIKE
[Libertad inmediata a todos los detenidos. Libertad sin cargos. Auto-organización de los trabajadores. Huelga general]
Asamblea de trabajadores en el "liberado" edificio de la GSEE, 17 -12-2008
Asamblea General de trabajadores insurgentes

Rompamos con lo existente, tomemos nuestras vidas.

(Texto para la jornada internacional de lucha del 20 de diciembre)
Nos atemorizan con el auge del paro, con el estallido de una crisis económica que vemos pasar ante nuestras vidas sin apenas poder incidir en ella. Entre espadas y paredes los patrones nos recomiendan que nos dejemos explotar aún más de lo que ya estamos si no queremos acabar de patitas en la calle.
Nos aterran privatizando la educación de lxs más jóvenes, para garantizar el futuro de las élites y entorpeciendo la autoformación de lxs más vulnerables. Garantizando la creación de seres más dóciles para la próspera servidumbre.
Atemorizan a lxs marginadxs, a lxs alternativos y a lxs grupos políticos fuera de las redes de su burocracia/democracia construyendo una sociedad carcelaria paralela, aumentando la presencia policial, las rondas nocturnas, el control y creando un falso estigma de inseguridad entre lxs ciudadanxs. De la misma manera, atemorizan a lxs inmigrantes para que no reivindiquen sus derechos, usándolos como esclavxs perfectxs. Similarmente lxs dueñxs del mundo-empresa abusan de animales, de la naturaleza (que ellxs tan audazmente denominan recursos), de mujeres y niñxs a su antojo.
Nos atemorizan con la cultura del miedo con la finalidad de tenernos más alienadxs y cabizbajxs. En Grecia, como hace dos años ocurrió en Francia, lxs jóvenes a la víspera de las cero oportunidades para sus horizontes han estallado de una rabia surgida de la impotencia.
En las noticias nos repiten que la revuelta es producto de la muerte accidental de un joven en manos de la policía cuando la realidad nos muestra que los abusos de poder en manos de las fuerzas policiales suceden a diario en todos los rincones del planeta. El problema es mucho más profundo, la raíz de éste crece a partir del insostenible modelo de vida miserable que nos ofrecieron nada más nacer.
Solidaricémonos con lxs jóvenes que proponen la destrucción de este mundo, para la reconstrucción de otro diferente.
Apoyémonos mutuamente entre lxs que no queremos ser eternamente pisoteadxs y con lxs que se rebelan ante lxs injusticias de una vida que nos ha sido extraditada.
Solidaridad con lxs detenidxs en Madrid que se encuentran a día de hoy aún en prisión preventiva por haber asistido a la manifestación por lxs compañerxs griegxs.
Somos lxs hijxs de lxs trabajadorxs que hoy lloran solxs a escondidas en la larga cola del paro porque sus patrones les han dejado sin empleo.
Somos lxs inmigrantes que vivimos sumergidos en el miedo durmiendo en cualquier parque, alimentándonos de la basura y vistiéndonos de las limosnas.
Somos lxs jóvenes que nos rompemos la espalda para podernos pagar unos estudios en forma de título, los cuales tras haberlos al fin alcanzado, sólo nos servirán para lucir un medallón académico en vano.
Somos lxs bandidxs que robamos en los supermercados y okupamos casas vacías porque no vemos otra salida que la de recuperar de una vez nuestras arruinadas vidas rotas.
Somos lxs encapuchadxs que amamos apasionadamente la alegría de la vida y odiamos a aqullxs que la menosprecian arrasando a golpe de infraestructuras inútiles todo hermoso valle.
Somos lxs niñxs sin creatividad, domesticadxs por dentro, drogadxs el fin de semana, destruidxs por fuera, alienados por vuestra estúpida cultura monopolizada.
Somos las mujeres que nos rebotamos con desprecio hacia los piropos de cualquiera que interpreta que nuestros cuerpos son un cacho de carne ambulante a su alcance, adaptable a las leyes hechas por machos.
Somos lxs personas del mismo sexo que se besan estrechamente entre cuchicheos, somos lxs intrasexuales invisibilizados de vuestra reticente realidad heterosexual.
Somos lxs manifestantes atemorizados que han recibido cuatro ostias en el calabozo y han sido sometidos a vejaciones psicológicas mientras se resistían a permanecer mudos en la sala de interrogatorios.
Somos los perros beagles que morimos de angustia en las jaulas de los laboratorios
propiedad de la empresa de productos de cosmética con la que te has maquillado esta noche como una payasa antes de que se te cayera la cara de vergüenza.
Somos lxs excluídxs, lxs que se niegan a ser lxs verdugxs de un mundo que no nos pertenece.
NO OS PEDIREMOS NADA! LO QUEREMOS TODO Y LO QUEREMOS AHORA!
SOLIDARIDAD Y LIBERTAD DETENIDXS EN/POR GRECIA!

(La auto) destrucción, es creación
(Panfleto que ha sido repartido principalmente por la facultad de económicas)
No vamos a olvidar fácilmente la noche del 6 de diciembre. No lo vamos a hacer, porque el asesinato de Alexis fue incomprensible. La violencia de estado, en tanto en cuanto se intente construir a sí misma como una forma más productiva de soberanía, se tornará una y otra vez en adoradas y arquetípicas formas de violencia. Ésta violencia siempre engendrará dentro de su estructura un tipo de desobediencia a las modernistas obligaciones de disciplina, vigilancia y control de los sujetos, optando, en su caso, por el exterminio de los sujetos desobedientes y eligiendo pagar el coste político que acarrea susodicha decisión.
Cuando los polis gritan “eh, tú”, el sujeto para el cual esa orden es dirigida y que gira su cuerpo en dirección a la autoridad (en dirección a la llamada del policía) es inocente por defecto ya que este sujeto no hace otra cosa sino responder como un producto irreprochable de la autoridad. El momento en el que el sujeto desobedece y desacata dicha llamada, no importa la medida en que este momento de desobediencia se produce (tanto como si ha tirado un cóctel molotov contra el coche policial o una botella de agua) es el momento en que la autoridad ha perdido su sentido y se convierte en algo más: una ruptura que debe ser reparada. Cuando la hombría y el honor del fascista-policía es insultada, él debe incluso matar para proteger (tal como él va a declarar) a sus hijos o su familia: Orden moral y soberanía masculina o quizás la forma más común de violencia simbólica y material, hizo posible el asesinato de Alexis. Han apoyado el asesinato, construyendo su “verdad” y haciéndola real.
Junto con esto, ante el trágico límite de la muerte que da razón de ser a las vidas que viven moldeadas bajo esa sombra, la revuelta se convierte en realidad: Esta es una incomprensible e impredecible convulsión de ritmos sociales, del espacio/tiempo roto, de las estructuras desestructuradas, de la frontera entre lo que es y lo que está por llegar.
Un momento de diversión y de juego, de miedo, pasión y rabia, de confusión y de algún tipo de conciencia que es dolorosa, dinámica y llena de promesas. Un momento el cual, a pesar de todo, va o bien a asustarse y a preservar las automatizaciones que lo han creado o por el contrario va a negarse a sí mismo constantemente para convertirse en cada momento en algo diferente a lo que había sido hasta un momento antes. Todo esto para evitar terminar en la causalidad de las revueltas ahogadas en normalidad, revueltas convertidas en otra forma de autoridad mientras se defienden a sí mismas.
¿Cómo ha llegado a ser posible esta revuelta? ¿Qué derecho de los insurgentes fue reivindicado, en qué momento, por qué asesinato? ¿cómo ha sido ese símbolo socializado? Alexis fue “nuestro Alexis”, él no ha sido “otro”, no ha sido extranjero, no ha sido inmigrante. Los estudiantes de instituto se han podido identificar con él; madres asustadas por perder a su propio hijo. Algunas voces establecidas lo podrían convertir en un héroe nacional.
El cuerpo del quinceañero importaba, su vida valía la pena, su final ha sido un asalto contra la esfera pública y por esa razón el duelo por Alex fue posible y casi necesario. Esta esfera se ha vuelto hacia una comunidad con la que, nosotr@s, l@s que estamos en revuelta no nos identificábamos, de la misma forma que Alexis tampoco se identificaba. Esta es una comunidad, a pesar de todo, en la que muchos de nosotros tenemos el privilegio de pertenecer desde el momento en que nos reconocen como parte de ella. La historia de Alexis será escrita desde su final. Fue un buen chico, han dicho. La revuelta, la cual no hubiéramos podido predecir, se ha extendido a través de la grieta de la autoridad en sí misma. Autoridad que decide qué sujetos importan en la red social de las relaciones de poder.
La revuelta, este himno contra la regularización social, es producto de la regularidad….esta es la revuelta por “nuestro propio” cuerpo que fue exterminado, por nuestro propio cuerpo social. La bala fue disparada contra la sociedad en su conjunto. Hirió en todo demócrata burgués que quiere ver reflejada su propia seguridad por encima del estado y sus órganos. La bala fue una declaración de guerra contra la sociedad. El contrato social incumplido, sin consenso. El acto moral y político de la resistencia se hace posible, se vuelve entendible, justo, visible, en el momento en que llega bajo los términos y condiciones de la justicia del orden simbólico dominante, abarcando a toda la fábrica social.
Este punto de comienzo, no cancela lo digno del levantamiento. Porque el discurso dominante, la autoridad que da nombre, forma y significado a las cosas, el ámbito de las ideas dominantes desde las cuales el concepto de la segmentación social deriva hacia el control de las formas jerárquicas de relación social, ya ha excluido previamente a los “jóvenes encapuchados” de su comunidad. Los han acorralado en los peligrosos márgenes para así marcar los límites de la desobediencia.
Nos dicen de seguir resistiendo pero no bajo esta apariencia, porque es peligroso. De lo que nos hemos dado cuenta desde el comienzo de todo eso, es que la pérdida de legitimación social ha dejado claro que incluso cuando estamos todos enredados en la telaraña de la autoridad, incluso si somos sus creaciones, estamos dentro pero contra ella. Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Queremos que este momento histórico adopte el contenido que le hemos dado nosotros mismos y no el sentido por el cual éste puede escapar de la noche a la mañana.
No es posible para esta autoridad sin derramamiento de sangre cruzar los límites entre obediencia y la acción autónoma, ya que si los rebeldes necesitan convocar a su masculinidad para luchar contra la policía, necesitan cuestionar esto al mismo tiempo porque esto constituye la autoridad que ellos usan para luchar contra la policía. Y esta subjetividad descansa en el corazón de nuestra subjetividad, es una contradicción que nos derrumba y forma la moral que tiene lugar en los márgenes de la rebelión, dentro y fuera de nosotros, en las tranquilas noches, cuando nos preguntamos qué está pasando ahora, qué se ha hecho mal, y sólo podemos escuchar silencio.
Nada existe sin un significado asignado. Las estrategias de resistencia pueden tornar en estrategias de autoridad. El caos puede recrear una jerarquía en las relaciones sociales a menos que luchemos “contra” nosotr@s a la vez que luchamos contra el mundo, algo de “nosotr@s mism@s” como parte de este mundo: hemos crecido dentro de los límites políticos y morales que este mundo ha fijado, dentro de las ataduras morales y políticas en los que los seres se crean… Si no acabamos con los comportamientos machistas que se vuelven locos y se dejan llevar por las emociones, esto puede acabar en la recreación de otra jerarquía, por eso, debemos adoptar posiciones contra la autoridad.
Chicas en revuelta


Grecia: Destruimos el presente porque venimos del futuro
La primera luz del alba viene tras la oscuridad más profunda. Hasta el sábado 6 de diciembre de 2008 por la noche podríamos decir que tout va bien, observando la caída individual de cada uno de nosotros en el desierto del sistema capitalista. En ese momento llegó la grieta, y la locura destructora de buena parte de la juventud del país. En un primer momento, como tantas veces en la historia, fueron los hechos los que tomaron la palabra. Primero, el arma del policía, reivindicando como suya la repulsa del fenómeno de la vida por parte de cualquier tipo de Autoridad. Se derramó la sangre de un adolescente, e inmediatamente el llanto se transmitió de forma instantánea desde Exsárjia hasta el centro económico de la metrópolis y otras grandes ciudades, un llanto de llamas y cristales rotos, que transformaba bancos y centros comerciales en una nube de rabia con la inscripción: VENGANZA.
Dos días más tarde los centros navideños de las ciudades parecían haber sido objetivos de bombardeos de guerra, mientras que la economía de crisis recibía otro soplo de muerte en su corazón por hordas de “hooligans” destrozando mercancías. “El Tratado de Varkiza se ha roto, estamos en guerra de nuevo”. Hablamos del regreso de la lucha de clases al primer plano, hablamos de la solución a la crisis: Para nosotros. Y tan sólo estamos empezando. Vamos hacia delante…
Somos parte de la revuelta de la vida contra la muerte cotidiana que nos imponen las relaciones sociales existentes. Con la fuerza destructora que latía dentro de nosotros, llevamos a cabo un salvaje (aunque contradictorio) ataque a la institución de la propiedad privada. Ocupamos las calles, respiramos libres a pesar del gas lacrimógeno, atacando la peor parte de nosotros mismos: nuestra imagen como esclavos de nuestros jefes, cuya forma más extrema y repugnante es el policía. Erigimos una barricada inquebrantable contra la repugnante normalidad del ciclo de producción y distribución. En la situación actual, nada es más importante que consolidar esta barricada frente al enemigo de clase. Incluso aunque nos repleguemos ante la presión de la escoria (para-) estatal y la insuficiencia de la barricada, sabemos que ya nada volverá a ser igual en nuestras vidas.
Vivimos además una situación histórica en la que se recompone un nuevo sujeto de clase, que porta desde hace mucho la responsabilidad de asumir el rol de enterrador del sistema capitalista. Creemos que el proletariado nunca ha sido una clase por su posición, sino que más bien al contrario, se constituye como clase para sí misma en el enfrentamiento contra el capital, primero en la práctica para tan sólo después adquirir conciencia de sus propios actos. La recomposición está teniendo lugar por parte de grupos de sujetos que se dan cuenta de que no tienen ningún control sobre sus propias vidas, provenientes de estratos sociales que han sido –o están siendo- exprimidos en el fondo del barril, y que se están adentrando en una contradictoria trayectoria hacia la unificación.
El trabajo asalariado siempre ha sido un chantaje. Actualmente lo es con más intensidad, en tanto que aumenta el número de trabajadores empleados tan sólo circunstancialmente y con contratos precarios en sectores que, mientras que son necesarios para la reproducción de la dominación capitalista, no tienen utilidad social en absoluto. En estos sectores, las luchas de clase, desterradas del campo de la autogestión de la producción, se mueven en el del bloqueo y el sabotaje generalizados. De manera simultánea, la automatización de la producción y el abandono de las políticas de pleno empleo crean grandes reservas de proletarios en paro empujados al margen de la sociedad, que recurren a trabajos inseguros o a la economía sumergida e ilegal para sobrevivir. Parados, trabajadores precarios, estudiantes de instituto y universidad destinados a ser futuros esclavos asalariados, trabajadores inmigrantes de la primera o de la segunda generación que diariamente viven la marginalización y la represión constituyen, junto con las minorías de trabajadores radicales, la comunidad de insurrectos de diciembre, una comunidad basada en la común condición de la alienación y la explotación que define a una sociedad basada en el trabajo-mercancía. Recordemos que la víspera de estos días festivos la celebraron aquellos que están en un escalón aún inferior, los que han perdido todo disfrute en el martirio de la democracia, los presos de las cárceles griegas.
Los propietarios de la mercancía llamada fuerza de trabajo, que la han invertido en el mercado a cambio de seguridad social y con la esperanza de ver a su prole escapar de su condición mediante el ascenso en la escala social, continúan observando a los insurrectos sin tomar parte, pero también sin llamar a la policía para disolverlo. Junto con la sustitución de la seguridad social por la seguridad policial y el colapso del mercado de la movilidad social, muchos trabajadores, bajo la carga del fracasado universo de la ideología pequeño burguesa y la economía mixta, se mueven hacia una (socialmente importante) justificación moral del levantamiento juvenil, pero sin unirse aún a su ataque contra este mundo asesino.
Siguen arrastrando sus cadáveres en las letanías de tres meses de los sindicalistas profesionales, y defendiendo un triste derrotismo sectorial contra la rabiosa agresividad de clase que rápidamente pasa a primer plano. Estos dos mundos se encontraron el lunes, 8 de diciembre, en las calles, y el país al completo prendió. El mundo del derrotismo sectorial tomó las calles para defender el derecho democrático de los roles separados del ciudadano, el trabajador, el consumidor, a participar en manifestaciones sin que los disparasen. Muy cerca de allí, el mundo de la agresividad de clase tomó las calles en forma de pequeñas “bandas” organizadas que rompen, queman, saquean y rompen las aceras para lanzar adoquines a los asesinos. El primer mundo (al menos tal y como lo expresa el discurso de los sindicalistas profesionales) temía tanto la presencia del segundo, que el miércoles 10 de diciembre, trató de manifestarse sin la molesta presencia de los “riff-raff”. Ya estaba sobre la mesa el dilema acerca de cómo estar en la calle: bien con la seguridad democrática de los ciudadanos, o bien con el enfrentamiento solidario del grupo, el bloque agresivo, la marcha que defiende la existencia de cada uno mediante barricadas y rotundos ataques.
Los acontecimientos de diciembre de 2008 (“Dekemvriana”) son el último capítulo de una serie de insurrecciones que recorren todo el mundo capitalista. En su fase decadente, la sociedad capitalista ni puede, ni tiene como objetivo lograr el consentimiento de los explotados mediante la aceptación de demandas parciales. Tan sólo queda su represión. Con la restructuración comenzada a mediados de los setenta (para repeler el motín proletario llamado “movimiento del 68”), el capital se encontró con la siguiente contradicción: mientras que por un lado poseía la habilidad de crear una masa humana de pasivos telespectadores y consumidores de mercancías, de manera simultánea debía negarles (mediante la reducción de salarios) la posibilidad de adquirir estas mercancías. Desde este punto de vista, no debería sorprender el saqueo de un centro comercial en la calle Stadiou por parte de gente que diariamente comparte las promesas de una falsa felicidad de consumo mientras ve cómo se le niegan los medios para cumplir estas promesas.
La insurrección de diciembre no lleva consigo ninguna demanda concreta, precisamente porque los sujetos que en ella participan sufren día a día la negativa de la clase dominante a aceptar cualquier demanda, y por lo tanto la conocen a la perfección. Los susurros de la izquierda, que en un comienzo pedía la retirada del gobierno, se transformaron en un terror mudo y un intento desesperado por calmar la incontrolable ola insurreccional. La ausencia de demandas reformistas refleja una subyacente (aunque aún inconsciente) disposición a la subversión radical y a la superación de las relaciones mercantiles existentes, y la creación de unas relaciones cualitativamente nuevas.
Todo comienza y madura en la violencia –pero nada se queda ahí. La violencia destructora que se desató en los acontecimientos de diciembre ha causado el parón de la normalidad capitalista en el centro de la metrópolis, una condición necesaria pero insuficiente para la transformación de la insurrección en un intento de liberación social. La desestabilización de la sociedad capitalista es imposible sin paralizar su economía –esto es, sin interrumpir la función de los centros de producción y distribución, mediante el sabotaje, las ocupaciones y las huelgas. La ausencia de una propuesta positiva y creadora de una nueva manera de organizar las relaciones sociales era –hasta ahora- algo más que evidente. No obstante, la insurrección de diciembre debe entenderse en el contexto histórico del endurecimiento de la lucha de clases que se está dando a nivel internacional.
Una serie de prácticas de lucha –algunas de la cuales han salido a la superficie de forma elemental en muchos países donde han tenido lugar importantes conflictos de clase- proponen y desarrollan a un nivel embrionario la comunidad humana que abole y que trasciende de manera creativa las relaciones mercantiles alienadas: las escuelas ocupadas pueden emplearse como centros donde organizarse para tomar las calles y el espacio público en general; las anti-lecciones organizadas en el contexto del reciente movimiento de estudiantes/trabajadores precarios en Italia, poniendo el conocimiento al servicio de la comunidad que se está formando; expropiaciones colectivas en supermercados y librerías, y la vida colectiva en las ocupaciones como modo de auto-cumplimiento de las promesas de alimentación, vivienda y libros gratis; una contestación radical a las relaciones de propiedad, la cooperación en vez de la apropiación personal (y a veces la reventa) de las mercancías expropiadas, la conexión de asambleas de barrio, comenzando por los asuntos locales, prefigura pues una sociedad donde las decisiones son tomadas y ejecutadas sin la mediación de ningún poder separado (sf. Oaxaca); transporte gratuito con los medios de transporte públicos, las déménages (invadir las agencias de empleo y tirar todo su material a la calle) como se hicieron en el movimiento anti-CPE en Francia. Estas (y muchas otras, que resultan de la inteligencia personal y colectiva), son las prácticas que pueden enriquecer y fertilizar las fuerzas de la negación, para que en medio de la confusión de la insurrección, comience a tomar forma la sociedad libre y comunista.
Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para no abandonar las ocupaciones y las calles, porque no queremos irnos a casa. Nos entristece la idea “realista” de que tarde o temprano tendremos que volver a la normalidad. Nos llenamos de alegría con la idea de que estamos en el comienzo de un proceso histórico de auge de la lucha de clases, y de que si queremos, si luchamos por ello, si creemos en ello, nos puede sacar de la crisis, a la salida revolucionaria del sistema.
Proletari@s de la ocupada ASOEE (Universidad de Economía de Atenas)
athens.indymedia.org. Traducido por Klinamen


Carta a los estudiantes (escrita por trabajadores atenienses)
Nuestra diferencia de edad y el distanciamiento general nos dificulta discutir con vosotros en las calles; esta es la razón por la que os mandamos esta carta.
La mayoría de nosotros aún no nos hemos quedado calvos ni nos ha salido barriga. Somos parte del movimiento de 1990-91. Habéis tenido que oír hablar de aquello. En aquel entonces, cuando habíamos ocupado nuestras escuelas durante 30-35 días, los fascistas mataron a un profesor porque fue más allá de su rol natural (el de ser nuestro guardián) y cruzó la línea hacia el lado opuesto: vino con nosotros, a nuestra lucha. Entonces, hasta el más duro de nosotros fue a la calle a los disturbios. Sin embargo, nosotros ni siquiera pensamos en hacer lo que tan fácilmente hacéis vosotros hoy: atacar comisarías (aunque cantábamos aquello de "quemar comisarías...").
Así pues, habéis ido más allá que nosotros, como ocurre siempre en la historia. Las condiciones son diferentes, por supuesto. En los 90 nos compraron con la excusa del éxito personal y algunos de nosotros nos lo tragamos. Ahora la gente no se cree este cuento de hadas. Vuestros hermanos mayores nos lo demostraron durante el movimiento estudiantil de 2006-07; vosotros ahora les escupís su cuento de hadas a la cara.
Todo bien hasta el momento
Ahora comienzan las buenas y difíciles cuestiones
Para empezar, os decimos que lo que hemos aprendido de vuestras luchas y de nuestras derrotas (porque mientras el mundo no sea nuestro siempre seremos perdedores) y podéis emplear lo que hemos aprendido como queráis:
No os quedéis solos. Llamadnos; llamad a tanta gente como sea posible. No sabemos cómo podéis hacerlo, encontraréis la manera. Ya habéis ocupado vuestras escuelas y nos decís que la razón más importante es que no os gustan. Bien. Ya que las habéis ocupado, invertidle el rol. Intercambiad vuestras ocupaciones con otra gente. Dejad que vuestras escuelas sean el primer hogar para nuestras nuevas relaciones. Su arma más potente es nuestra división. Tal y como vosotros no teméis atacar las comisarías porque estáis unidos, no temáis llamarnos para cambiar nuestras vidas todos juntos.
No escuchéis a ninguna organización política (ni anarquista ni ninguna). Haced lo que necesitéis. Confiad en la gente, no en esquemas e ideas abstractas. Confiad en vuestras relaciones directas con la gente. Confiad en vuestros amigos: haced vuestra lucha de cuanta más gente posible, vuestra gente. No les escuchéis cuando os digan que vuestra lucha no tiene contenido político y que debería obtenerlo. Vuestra lucha es el contenido. Tan sólo tenéis vuestra lucha y está en vuestras manos asegurar su avance. Tan sólo ella puede cambiar vuestra vida, a vosotros y las relaciones reales con vuestros compañeros.
No temáis actuar cuando os enfrentéis a cosas nuevas. Cada uno de nosotros, ahora que nos hacemos mayores, tiene algo sembrado en su cerebro. Vosotros también, aunque seáis jóvenes. No olvidéis la importancia de este hecho. En 1991, nos enfrentamos al olor de un nuevo mundo y, creednos, lo encontramos difícil. Habíamos aprendido que siempre debe haber límites. No temáis la destrucción de mercancías. No os asustéis ante los saqueos de tiendas. Lo hacemos porque es nuestro. Vosotros (como nosotros en el pasado) habéis sido criados para levantaros todas las mañanas con el fin de hacer cosas que más tarde no serán vuestras. Recuperémoslas y compartámoslas. Tal y como hacemos con nuestros amigos y el amor.
Os pedimos disculpas por escribir esta carta tan rápidamente, pero lo hacemos al ritmo del trabajo, en secreto para evitar que se entere el jefe. Somos prisioneros en el trabajo, como vosotros en la escuela.
Ahora mentiremos a nuestro jefe y dejaremos el trabajo: nos reuniremos con vosotros en Syntagma con piedras en las manos.
Proletarios

Mensaje de los amigos del joven griego asesinado, Alexandros (12/12/08)
Queremos un mundo mejor. Ayudadnos.
No somos terroristas, “encapuchados”, “gnostoi-agnostoi”*
Somos vuestros hijos.
Ellos, oi gnostoi-agnostoi…
Soñamos – no matéis nuestros sueños.
Tenemos empuje – no paréis nuestro empuje.
Recordad. Una vez fuisteis vosotros también jóvenes.
Ahora perseguís el dinero, os preocupáis solo por el “escaparate”,
habéis engordado, os habéis quedado calvos, os habéis olvidado.
Esperábamos que nos apoyarais, esperábamos que os interesarais,
Que nos hicierais sentirnos orgullosos por una vez. En vano.
Vivís vidas de mentira, habéis agachado la cabeza, os habéis bajado los pantalones y esperáis el día en que moriréis.
No imagináis, no os enamoráis, no creáis.
Solo vendéis y compráis.
Lo material en todas partes. Amor en ninguna parte. Verdad en ninguna parte.
¿Donde están los padres?
¿Dónde están los artistas?
¿Por qué no salen a la calle?
Ayudadnos a nosotros los hijos
PS: No nos arrojéis más gases lacrimógenos.
Ya lloramos nosotros por nuestra cuenta.
* “Oi gnostoi agnostoi” es una expresión que la sociedad griega y sobre todo los medios de comunicación han encontrado para definir los mismos grupos de jóvenes que a menudo provocan disturbios en la ciudad. La traducción literal es “los conocidos-desconocidos” y se llaman así porque llevan capucha y no es seguro pero hay rumores de que la policía los conoce y no los arresta porque son agentes provocadores de la misma policía.



Reflexiones sobre la manifestación del jueves 22 de enero (23/01/09)

La manifestación solidaria de ayer nos enseñó a todes algunas cosas.

1) La rebelión de Diciembre ha cambiado la manera de funcionar en la calle. La violencia, como una práctica social, se ha difundido tanto que ya prácticamente es imposible controlarla. El proceso de dicha difusión, de la contraviolencia, empezó con el movimiento estudiantil durante el año 2006-2007, pero ya la composición del proletariado que sale a la calle es muchísimo más amplia. Aunque el nivel de la contraviolencia ha bajado bastante, comparándola con la de diciembre, el "olor", la "sensación" siguen siendo los mismos. La gente que atacó ayer a los antidisturbios, delante del Ministerio de Trabajo, era una respuesta clara al vitriolo ácido que recibió K. Kúneva. Demostró que ya tiene claro que el ácido era la otra cara de la bala que asesinó a Alexandros. También, la mayoría de la gente que decidió no atacar a los antidisturbios sí que decidió quedarse ahí defendiendo a los que atacaron. No se retiró ante el intento de los MAT de disolver la manifestación demostrando que ya nada es como antes en cuanto la falsa separación (por parte de los medios burgueses) entre manifestantes violentos y pacíficos.

2) Los manifestantes desde el Ministerio de Trabajo hasta el barrio de Gkázi, a través de sus ataques a todos los símbolos de capital, "declararon" por una vez más que las manifestaciones, a partir de diciembre pasado, ya no son paseos por el centro de la ciudad que lo único que provocan son los cortes "suaves" del tráfico, sino que son una amenaza verdadera hacía la mercancía y sus inversiones. La expresión de la rabia social hacia el restaurante de lujo Varúlko, y también hacía el espacio de "diversión alternativa" Bios era solamente el prólogo de lo que iba a ocurrir más tarde en el barrio de Gkázi.

3) Cuando la manifestación llegó al barrio de Gkázi, inmediatamente se hizo claro que la "relación" entre los comercios que especulan gracias a nuestra precariedad y el cuerpo de la mani iba a acabar mal. Todos los ataques dejaron claro que las únicas fiestas se hacen en las calles y hasta hoy en día se llaman manifestaciones, disturbios, expropiaciones, street parties, etc.

4) Con el fin de la manifestación, el comportamiento de la gente en el metro y dentro de los vagones. Lemas muy fuertes, pintadas solidarias con K. Kúneva, impidiendo la salida del metro hasta que todxs lxs manifestantxs entrasen en el tren. Esa "comunidad" de diciembre demostró que ha adquirido algunos componentes nuevos y cálidos. Que esa "comunidad" no se dispersa con el fin de la manifestación, que no queda ningún compañero solo atrás.

5) Los lemas proletarios y obreros eran muchísimos más que los lemas contra la policía.

Η Κωνσταντίνα δεν είναι μόνη, αφεντικά ρουφιάνοι δολοφόνοι!
Konstantina no estás sola, amos chivatos asesinos!




ANEXO 2

NDP: “Nueva Democracia”. Partido conservador creado en 1974 por Constantinos Karamanlis. Su sobrino, Kostas Karamanlis, fue elegido primer ministro de Grecia en las elecciones de 2004, cargo que ostentaba durante la insurrección de diciembre.

PASOK: “Movimiento Socialista Panhelénico”. Partido de orientación socialdemócrata perteneciente a la Internacional Socialista. Fue fundado en el 1974 tras caer la dictadura y gobernó una buena parte de las décadas 80 y 90; sin embargo, perdió la hegemonía en las elecciones del 2004. Inicialmente era contrario a la OTAN y a la entrada de Grecia en la Comunidad Económica Europea (Unión Europea, actualmente), sin embargó cambió de opinión y entraron en 1981.

LAOS: “Alerta Ortodoxa Popular”. Partido de extrema derecha griego, su líder, George Karatzaferis promulga en su propaganda electoral que “Grecia será para los griegos”. En el año 2007 llegó a obtener 10 escaños de un total de 100.

KKE: “Partido Comunista de Grecia”. Partido Marxista-leninista que apoya el eurocomunismo. Fundado en 1918 y fue vital en la lucha contra la ocupación alemana y la guerra civil que le sucedió.

SYNASPISMOS: “Coalición de Izquierda y progreso”, fundada en 1992. En el 2003 cambió su nombre por “Coalición de Izquierda, de movimientos y de la ecología”. Su presidente actual es Alexis Tsipras.

SYRIZA: “Coalición de la izquierda radical”, agrupación de diversos partidos de izquierdas, siendo SYNASPISMOS su partido principal. Su presidente es actualmente Alekos Alavanos. Los resultados electorales revelan que el apoyo es cada vez mayor mientras decrece el de los dos partidos mayoritarios NDP y PASOK.

Organización Revolucionaria 17 de Noviembre: Fue creada en 1973 para luchar contra la dictadura. El nombre hace alusión a la fecha de la ocupación de la Politécnica. Su primer atentado fue contra el jefe de la oficina de la CIA en Atenas, asesinándolo en 1975. Sus numerosos atentados iban dirigidos principalmente contra Estados Unidos. Muchos de sus miembros fueron arrestados en el 2002, año en que cesó su actividad. “Las encuestas muestran que el 22% coincide con su ideología y casi el 12% considera a sus miembros «revolucionarios sociales».” (El Mundo 05/08/2002).


Lucha Revolucionaria: “Epanastatikos Agonas” en griego. Grupo de extrema izquierda que comenzó sus actividades en el 2003 con un explosivo en los juzgados de Atenas. Sus acciones se basan en la colocación de explosivos contra diferentes objetivos. Destaca en el año 2007 el lanzamiento de misiles contra la embajada de Estados Unidos de Atenas. Se proclamaron a si mismos como una escisión de la Organización Revolucionaria 17 de noviembre.

GSEE: “Confederación Griega Central de trabajadores”. Sindicato que representa a una gran multitud de trabajadores griegos del sector privado, es conocido por su escasa combatividad y su propensión al diálogo. Esta compuesto por multitud de federaciones de sindicatos. Durante las revueltas de diciembre, el día 17, fue ocupado por un contingente de trabajadores entre otros motivos “Para desmentir la falacia extendida por los medios que nos sitúa a los trabajadores al margen de los enfrentamientos, y que define la rabia de estos días como el asunto de unos 500 "encapuchados", "hooligans" o cualquier otro cuento” (O decidimos nuestra historia o dejamos que la decidan por nosotros, comunicado de la asamblea de trabajadores del edificio “liberado” del GSEE).

ADEDY: “Confederación de empleados estatales”. Sindicato griego que representa a multitud de trabajadores del sector público. Al igual que el anterior esta compuesto por numerosas federaciones de sindicatos. Entre el ADEDY y el GSEE se integran más del 30% de los trabajadores griegos (según datos de “Intervención Autónoma”, corriente sindicalista izquierdista griega que pretende agrupar al GSEE y al ADEDY



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