[Texto] Reflexiones en movimiento

El pasado fin de semana los compañeros de l´espill convocaron unas jornadas de autorreflexión dirigidas a los colectivos e individuos de los movimientos sociales de nuestro entorno. Las jornadas se celebraron en la Residencia, allí acudieron entre otros gentes de la asamblea del cabanyal, al margen, desalambrando, radio malva, el mayhem, estudiantes libertarios…
A partir de un texto propio de la gente de l´espill se inició un debate abierto dirigido a cuestionar fundamentalmente dos puntos: la relación dentro de los movimientos sociales libertarios de Valencia y la relación hacia fuera, hacia la sociedad.

De cara a fuera surge el problema de que muchas veces se nos ve más como una tribu urbana que como un movimiento sociopolítico. Esto se debe en gran parte a nuestra tendencia oscura y a nuestra estética de guetho. Maneras que nos distancias de la sociedad e incluso de nosotros mismos, enfrentándonos a veces entre “guethos”.
Se cuestionó también las formas y las actitudes que se toman en las actividades que organizamos nosotros mismos. Por general organizamos conciertos donde nos importa sólo recaudar dinero y así conseguimos que nos dé igual quien toca y para qué toca y proyectamos eso en quien viene de fuera.

Ante esta primera oleada crítica, se recordó que en ocasiones somos nosotros mismos, envueltos en cierto pesimismo, quienes no nos damos cuenta del calado real que tenemos. La gente no es tan reacia y más en tiempos de crisis donde se cuestiona la sociedad del bienestar y todo su modelo de consumo. Hay métodos de las movimientos de base como el asamblearismo y o la autogestión que son vistos como muy válidos por otros tipos de colectivos e individuos. Desalambrando dio su ejemplo. A nosotros se nos ha criticado que trabajamos con ONGs y colectivos subvencionados pero vamos con nuestra ideología y nuestras formas de actuar y trabajando juntos en el día a día hemos transformado su discurso de cara a la sociedad. Hemos pasado de dar comida a plantarnos en la puerta del CIE.

Lo queda claro es que el movimiento libertario o anarquista no es el de hace 30 años. La sociedad global es muy diversa, ya no somos todos obreros de la misma fábrica y del mismo barrio. La reivindicación colectiva ha cedido terreno a la indiferencia y el individualismo ayudada por la sofisticación de la violencia estructural que nos gobierna.
También vale la pena caer en la cuenta de que nos movemos en el contexto propio valenciano, en un ambiente de fachada y corrupción, meninfotisme y fiesta para todos del que a veces nos contagiamos.

De cara a nosotros mismos a nuestras relaciones dentro de los colectivos, encontramos otros motivos para la reflexión. Actitudes de quienes viven una vida cómoda de anti sistema aceptando la inercia, sin reflexión ni actividad reivindicativa. Surgen los miedos y las inseguridades de combinar la vida militante y la privada y aparecen las recurrentes actitudes autoritarias y sexistas entre nosotros. Algunas actitudes se repiten pero no pasa nada, no molan pero es normal que ocurra y han venido pasando siempre, lo que hay que hacer es seguir aprendiendo y buscando soluciones.

Tras esta visión más en positivo se hizo un intento de aportar algunas conclusiones para cerrar el debate.
Está claro que no somos la hostia pero tampoco somos una mierda.
El cambio social pasa por la concienciación y la actitud de toda la humanidad, no de unos cuantos.
Nos falta coordinarnos para respaldar las acciones de los demás y no quedarnos sólo con la movida de nuestros respectivos guethos.
Nos falta plantear una alternativa clara y hacerla llegar.


Eleuterio Gabón

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