La repressió que ve. València al punt de mira.

Fuente: Diario de Vurgos

En su reciente memoria anual la Fiscalía General del Estado señala a Burgos como una de las zonas geográficas, junto con Madrid, Barcelona y Valencia, más proclives a la aparición de “células violentas anarcoinsureccionalistas”. Un inquietante informe aireado por algunos media locales que pone de manifiesto hacia donde apuntan los engranajes represivos. (El informe puede ser leido aquí: http://liberaciontotal.entodaspartes.net/archives/6695)



Dicen que entre las sabidurías que guardan las personas que viven lejos de las ciudades esta la de predecir los fenómenos meteorológico con solo alzar la vista al cielo. Hay otro tipo de tormentas que vienen precedidas de inquietantes movimientos. No hace falta mirar al cielo ni residir lejos de la urbe para darse cuenta de ello. Para muestra un botón. En la sección dedicada al terrorismo del Informe que anualmente redacta la Fiscalía General del Estado nos encontramos una curiosa alusión a la ciudad de Burgos. Según este memoria, que al parecer se basaría en un informe de la Comisaría General de Información que data de 2005, Burgos junto con Madrid, Valencia y Barcelona sería uno de los lugares “más proclives a la aparición de nuevos grupos o células violentas al coincidir con el mayor numero de activistas de este movimiento con y de los colectivos antisistema y okupas en nuestro país”

En dicho informe la Comisaría General de Información señala que, si bien el colectivo de presos anarquistas que se pretendía crear a semejanza del de ETA “todavía no ha fructificado”, las conexiones internacionales de los anarcos presos “son más fructíferas que las de los etarras encarcelados”

Las conclusiones de la Memoria de la Fiscalía General del Estado han sido aireadas por determinados medias locales que no han perdido la oportunidad de redactar sensacionalistas titulares sobre el “peligro anarquista que acecha a Burgos”.

Pero, ¿qué significa realmente este documento?
Tras una rápida lectura del mismo muchos de los que residimos en Burgos y conocemos su situación cotidiana esbozaríamos una sonrisa al pensar que la vetusta “Cabeza de Castilla” sea uno de los contubernios más proclives a la aparición de violentas células anarcoinsureccionalistas. Quizás incluso el ego de alguno de los anarquistas que se diseminan por la ciudad se haya visto adulado al sentirse tan temido por las autoridades del Estado. Pero si leemos entre líneas dicho documento podemos darnos cuenta que no solo es la “amenaza anarquista” la que se sitúa en el punto de mira, sino que el mecanismo inquisitorial se extiende a cualquier expresión de disidencia, ya sea “colectivos antisistema” o los ya conocidos “okupas”.

El documento prosigue afirmando que a pesar de que los anarcoinsureccionalistas no han logrado establecer una organización armada unitaria su blanco puede fijarse en “acontecimientos e instituciones relacionados con la Unión Europea”. Uno de los tópicos que vienen repitiéndose una y otra vez en los diferentes informes que emanan de las autoridades policiales internacionales

Desde hace años, antes incluso que algunos anarquistas de Burgos nos embarcáramos en este proyecto comunicativo, hemos venido repitiendo que los media juegan un papel clave en el entramado represivo. La teoría que siempre hemos esgrimido es que los medios de comunicación funcionan como caja de resonancia a través de la cual allanar y preparar el camino a la represión. Son la antesala de los interrogatorios en comisaría y de las noches pasadas en celdas de asilamiento.

Solíamos decir aquello de “los media son en democracia lo que las pistolas en dictadura”, una fórmula que ha dejado de ser un slogan pintado en una pared para materializarse en la cruda realidad.

Y esa realidad más cercana no lo confirma. Determinados medios locales no han tardado demasiado en difundir las conclusiones del informe alertando a la población burgalesa del peligro anarquista que se esconde entre sus calles, aportando incluso nombres y apellidos de estos peligrosos individuos.

No es la primera vez que la reportera de Diario de Burgos, Patricia Corral Páramo, difunde el nombre y el apellido de compañeros implicados en operaciones represivas.Su enseñamiento nos ha llevado a sospechar que no solamente trabaja al servicio de uno de los principales magnates de la especulación, sino que quizás figure en la nómina” de la Brigada Provincial de Información (alias Político-Social).

Inquietantes episodios como el que hemos descrito nos ponen de manifiesto el refinamiento que puede alcanzar la maquinaria represiva. Quizás en un futuro no muy lejano la prensa local difunda nuestra foto bajo el cartel de “SE BUSCA” y la terrible acusación de “PELIGROSOS ANARQUISTAS BURGALESES”, o quien sabe que otra moderna herejía.

Diario de Vurgos