Testimonio de afectados por el TAV (Tren de Alta Velocidad) en Durango, Euskadi

extraído de Indymedia.Euskalherria.org

A escasos veinte metros de las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) que se llevan a cabo en el límite entre Durango e Izurtza hay una vivienda, de 102 años de antigüedad, en la que viven tres familias.

«Sólo podemos abrir las ventanas por la noche»
El Ayuntamiento deDurango pide el realojode tres familias por las molestias que les causan las obras del TAV.

A escasos veinte metros de las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) que se llevan a cabo en el límite entre Durango e Izurtza hay una vivienda, de 102 años de antigüedad, en la que viven tres familias. A efectos legales responde a los números 20 y 22 de la calle Gasteiz Bidea. Desde hace pocas semanas, en una de las ventanas más altas del edificio, puede verse una banderola contra el proyecto ferroviario. «Al principio no la teníamos, la pusimos de pura desesperación».
Aunque las obras no han hecho más que empezar -«podrían durar dos años y medio más»-, para Agustín Durán y su mujer ya se han convertido en la peor de sus pesadillas. «Todo esto es vergonzoso. Sólo podemos abrir las ventanas por las noches, cuando no están trabajando, y lo de dejar la colada en el balcón es impensable. Al regresar la encuentras amarilla», resumen.
Este 'encierro' forzoso adquiere tintes dramáticos en el caso de los padres de ella: un hombre de 81 años y su mujer que viven en el primer piso. Las nubes de polvo que levantan las excavadoras y los camiones en su diario ir y venir alcanzan tal magnitud que «el padre casi no sale ya de casa». Los usuarios de las piscinas públicas de Durango, ubicadas a pocos metros de las obras, también han sufrido en primera persona las consecuencias de este polvo.
«Hemos pedido mil veces a los obreros y también al Ayuntamiento que hagan un camino en condiciones, que rieguen la zona y que tomen las mínimas medidas exigibles a una obra de esa envergadura, pero no hay nada que hacer. ¡Nos toman el pelo!», insiste Durán indignado.
Ruido ensordecedor
Éstas no son las únicas molestias. Desde hace dos meses estas familias -la tercera está integrada por un matrimonio joven con dos niñas «que ahora mismo están de vacaciones»- conviven con el ensordecedor ruido de un generador eléctrico situado inicialmente junto al muro que rodea la casa. El Ayuntamiento de Durango encargó una medición para evaluar su impacto acústico y el resultado fue de 34,2 decibelios, cuando la legislación autonómica marca un límite de 30 en horario nocturno. «Tras mucho insistir conseguimos que alejaran el generador unos metros, pero de ahí no hemos pasado».
La situación que padecen estos vecinos ha llevado al Consistorio a tomar cartas en el asunto y reclamar al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) que posibilite su realojo. «Lo hemos solicitado verbalmente y por escrito varias veces, aunque todavía no hemos recibido respuesta», reconoce la alcaldesa del PNV, Aitziber Irigoras. Durán admite que el realojo «podría aliviar la situación que padecemos, sobre todo la de los padres de mi mujer», pero cree que es una solución «insuficiente». De hecho, critica duramente a las instituciones vascas por el «oscurantismo» que rodea al proyecto del TAV y por el «desinterés» que han mostrado ante su caso. «Dicen que es un proyecto que va a resultar beneficioso para todos, pero en realidad les importamos poco. Aunque a nosotros no nos han expropiado, como afectados, deberían habernos llamado para informarnos», subraya.
Consciente de que la situación puede empeorar, Durán se pregunta qué alternativas tiene en este momento. «Dicen que para la construcción del viaducto trabajarán día y noche, así que tú me contarás».