Los vecinos de Lavapiés se encaran de nuevo con la policía para evitar una detención

Extraido de la web de El Pais

Unos 200 vecinos del céntrico barrio madrileño de Lavapiés se concentraron ayer de nuevo en una protesta improvisada contra la Policía Municipal, a la que acusan de llevar a cabo redadas contra los inmigrantes en la zona más multicultural de la capital. El conflicto comenzó a última hora de la tarde cuando agentes municipales detuvieron a un habitual del barrio en la calle Olivar por un presunto delito de tráfico de drogas.

Un testigo de aspecto subsahariano, Matar, afirma que los incidentes comenzaron minutos antes de las diez de la noche, cuando los policías intentaron sacar de la plaza a un grupo de unos 15 africanos, en un principio para pedir sus tarjetas de residencia. Según este joven, los agentes detuvieron a uno de ellos, por lo que los demás decidieron enviar un mensaje de texto a otro amigo para solicitar la colaboración vecinal y evitar la detención. Fuentes de la Policía Municipal, en cambio, aseguran que llevaban dos días siguiendo a un hombre que está acusado de un delito contra la salud pública por la venta de droga al por menor.

El inmigrante, en comisaría

El arresto provocó la improvisada manifestación contra la detención. Los agentes se encontraban efectuando la detención cuando fueron rodeados por un grupo cada vez más numeroso de ciudadanos, que les increparon para que se fueran. "Fuera del barrio, fuera del barrio", les gritaban. Ante la nueva protesta, los agentes llamaron a las Unidades Centrales de Seguridad -una suerte de antidisturbios de la Policía Municipal- a los que los vecinos rodeado, les increparon al grito de "racistas" y lanzaron piedras contra los vehículos policiales.

Algunos de los que protestaban por la actuación policial llegaron a lanzar objetos contra ellos, lo que provocó que los policías amagaran con cargar en dos ocasiones. Tras vivirse algunos momentos de tensión, los agentes se retiraron entre los aplausos de los presentes. A pesar del enfrentamiento, finalmente los efectivos policiales lograron detener a esta persona, un senegalés de 26 con antecedentes por tráfico de drogas, y le han trasladado hasta la Comisaría de Policía Nacional más cercana, indican fuentes municipales.

Se trata del segundo incidente similar que se produce en la misma zona en una semana. El pasado 5 de julio, centenares de personas, entre vecinos y miembros del15-M. también se manifestaron contra la detención de Aboulay Seyk, un vendedor ambulante de nacionalidad senegalesa que según los empleados del Metro se había colado en el suburbano. Sin embargo, los vecinos aseguraban que trataban de arrestarlo por ser un inmigrante sin papeles. Los vecinos del barrio denuncian que las redadas contra inmigrantes sin papeles y motivadas por el aspecto físico son habituales en la zona. En todo caso, Seyk no que los tiene.

Al día siguiente, el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, vio una conspiración en estos enfrentamientos entre la policía y los vecinos. A su juicio, son un "ensayo o entrenamiento" de cara a las elecciones generales del próximo año, "el día en que Mariano Rajoy sea presidente del Gobierno". Granados aseguró que estos sucesos "son una muestra más de la división del Estado de Derecho" que, a su entender, propicia el Ejecutivo al dejar "la calle en manos de personas que están incumpliendo la ley" y que se "manifiestan sin el permiso conveniente". "Al Gobierno se le ha ido la calle de las manos", sentenció, para añadir: "Cuando se deja la calle en manos de unos pocos ocurre el desmadre generalizado, y ya empiezo a dudar si no es de manera premeditada". Su sucesora en la Consejería de Presidencia y Justicia, Regina Plañiol, discrepó de Granados al mantener que la actuación de la policía en Lavapiés fue "sensata".

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