«Dejen en paz a los pobres chicos que se intentan ganar la vida. Lo que tendrían que hacer es ir a la zona de las Casitas Rosas donde se está vendiendo droga. Ahí sí que hay un problema de verdad», afirmó ayer un vecino. Este fue uno de los reproches que los ciudadanos hicieron a los agentes de la Policía Local que desmantelaron varios puestos de top manta en el Paseo Marítimo.
Todos los fines de semana un grupo de jóvenes subsaharianos vende su mercancía frente la playa. Relojes, bolsos, cedés y pañuelos de imitación.
En cuanto aparecieron los agentes de la Policía Local, los jóvenes levantaron sus improvisadas tiendas y huyeron a toda prisa, mientras los ciudadanos que paseaban por la zona se enfrentaban a la Policía. «Esta gente no hace mal a nadie. En vez de venir aquí al trabajo fácil, que se encarguen de perseguir a los verdaderos delincuentes. Es de justicia», afirmó una vecina del barrio que había visto la acción policial.
Ante las quejas de los ciudadanos, molestos por el comportamiento que habían tenido con los vendedores, los agentes intentaron explicarles que lo único que hacían era cumplir con su deber y erradicar comportamientos ilegales. Explicaron a los vecinos que en las Casitas Rosas también trabajan.
Horas más tarde, cuando la Policía se marchó, los vendedores ilegales volvieron a montar sus tiendas.
Las Provincias
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