
A pesar de las múltiples promesas que hicieron tanto políticos como ministros de justicia las condiciones de estos lugares de mala muerte siguen siendo horrorosas y el hacinamiento continua siendo la norma.
Un año después los presos vuelven a movilizarse. En los dos últimos días 3.176 presos de siete de las treinta y seis prisiones que existen en la actualidad han rechazado la comida de la cárcel para exigir mejoras en las condiciones de la prisión así como su pronta liberación. El Estado teme que se produzca un efecto domino y que pronto otros presos se unan a la movilización. Solo podemos desear que sus peores temores se conviertan en realidad.
Solidaridad con la lucha de los presos
Hasta la destrucción de todas las prisiones
Algunos anarquistas al azar de Atenas.
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