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Italia, años 70
Andrea Colombo - Nanni Balestrini
Lotta Continua
En la primavera del ‘69, grupos de militantes de Potere Operaio toscano y del Movimiento Estudiantil turinés acuden a las puertas de Mirafiori, donde se está produciendo una durísima ofensiva obrera, que nace y crece completamente fuera del control sindical. El semanario La Classe, realizado por un grupo compuesto fundamentalmente por elementos del Potere Operaio véneto-emiliano y del movimiento estudiantil de Roma, estaba interviniendo en la Fiat ya desde algunas semanas antes. En junio se convertiría en el órgano de prensa de la asamblea permanente de obreros y estudiantes que reunía a los cuadros obreros dirigentes de las diferentes luchas de los sectores y a todas las agrupaciones estudiantiles.
Después de la batalla de Corso Traiano —con ocasión de una huelga sindical por la reforma de las pensiones— a comienzos de julio, la asamblea convoca para finales de mes una reunión nacional de las vanguardias de fábrica. En la reunión, el grupo La Classe y el formado por el Potere Operaio toscano, junto a los estudiantes turineses, se dividen. La línea propuesta por La Classe es juzgada como «economicista» para una estrategia que quiere identificar objetivos capaces de desarticular el plan del Capital y dirigir el rechazo obrero del trabajo. Los toscanos y los turineses oponen un proyecto que apunta esencialmente al crecimiento de la conciencia antagonista obrera a través de una movilización continua y cualificada. En el verano y en torno a esta segunda posición, se configura una formación que comprende también a una parte integrante del movimiento de Trento y de los cuadros estudiantiles de la Universidad Católica de Milán.
El grupo decide la publicación de un periódico nacional, que retoma en forma de título el eslogan que aparecía en los folletos de la asamblea de obreros y estudiantes de Turín: Lotta continua. En noviembre aparecen dos números cero y después, de forma regular, el número uno del nuevo semanario. La mayor parte del espacio está ocupada por un boletín de las luchas obrero-estudiantiles. En el segundo número aparece, en la página central, un largo documento teórico, Troppo e troppo poco [Demasiado y demasiado poco] que aclara el punto de vista de LC sobre la cuestión de la organización:
«(...)Lo que está claro es que las organizaciones tradicionales han podido traicionar los intereses de la clase sólo porque han logrado apagar la iniciativa directa de las masas [...]. Por lo tanto, la nueva organización debe garantizar, en primer lugar, lo siguiente: que no se reproduzca un mecanismo de poder fundado sobre la inercia y la pasividad, sino que apremie, con el máximo de disciplina colectiva y de solidaridad, el máximo de emancipación real de los explotados [...]. Pero no todos los explotados tienen el mismo grado de conciencia [...]. Una minoría, que es más activa y combativa en la lucha de masas, que sabe expresar mejor las exigencias y dirigir las fuerzas, esta ya dispuesta a ejercitar su compromiso, incluso más allá de la situación particular de lucha en la que se ha formado [...]. Esta minoría, que constituye la vanguardia interna a las luchas en el enfrentamiento de clase global, tiene la necesidad de vincularse con el resto de vanguardias y de organizarse.
[...]. No existe una teoría de la revolución proletaria definida de una vez para siempre. Ninguna estrategia revolucionaria puede ser «inventada» así como tampoco se puede minusvalorar la experiencia práctica y teórica de la historia pasada y presente del movimiento revolucionario. Pero no es menos cierto que ninguna teoría puede crecer ajena a las ideas que las masas expresan en las luchas, el modo en el que la lucha de masas revela el funcionamiento de la sociedad y las posibilidades reales de superación revolucionaria[...]. La respuesta a la cuestión de la organización está siempre en la relación entre el crecimiento de la lucha de clases global y su dirección política. No existe una línea política «correcta» independiente de la fuerza del movimiento de masas. Si esto es verdad, si la organización no es una etapa sino un proceso en sí misma, entonces no tendría que existir un momento determinado en el que la organización se adquiere, en el que la vanguardia organizada cristaliza, destacándose del movimiento de masas, arriesgándose a anteponer su propia lógica interna —e inevitablemente burocrática— a la de la lucha proletaria. Si el partido significa esta cristalización, estamos contra el partido».
Inicialmente, Lotta Continua será fuerte sobre todo en el Centro-Norte. En Turín estaba la heredera genuina de la asamblea obrero-estudiantil. Pero en Milán, LC será incapaz durante mucho tiempo de contrapesar la hegemonía del Movimento Estudiantil de la Universidad Estatal. El periódico nacional empieza a publicarse en abril de 1972. A comienzos de 1975, LC realizará su primer congreso con vistas a transformarse en partido. En las elecciones administrativas de Junio, LC preferirá, sin embargo, no adherirse a la lista de Democrazia Proletaria, compuesta por el PDUP y AO, y dará la indicación de votar por el PCI. En cambio, en las elecciones políticas del junio siguiente, tras extenuantes negociaciones, el grupo entrará a formar parte de esta candidatura (DP), que saldrá derrotada de la prueba electoral. Pocos meses después, en el segundo congreso nacional de Rimini, la revuelta de las mujeres y de los jóvenes, por un lado, y de los servicios de orden, por otro, llevará a los dirigentes de LC a decidir de facto la disolución de la organización. El periódico pemanecera como «órgano de movimiento».
Potere Operaio
A finales de julio del 1969 se celebra en Turín el encuentro de comités y vanguardias obreras. El objetivo, tras el gran ciclo de luchas autónomas en la Fiat de primavera, es la construcción de una organización revolucionaria nacional. El encuentro lo organiza el semanario La Classe, en circulación desde mayo, que había jugado un papel determinante en la coordinación a nivel ciudadano de las luchas de las diferentes secciones de la Fiat.
Sin embargo, el proyecto unitario fracasa y las dos principales corrientes que habían posibilitado la asamblea obrero-estudiantil de Turín —centro organizativo de las luchas autónomas en los meses precedentes— salen divididas de la reunión. Por un lado, el grupo de La Classe, por otro los militantes del grupo toscano de Potere Operaio y el movimiento estudiantil turinés. Los motivos de la división no estuvieron exentos de personalismos, pero se referían también cuestiones más sustanciales. La Classe apuntaba al carácter político de los objetivos salariales, a la dirección obrera del combate social, a la lucha contra el trabajo.
Durante el verano el grupo de La Classe dará origen a Potere Operaio, con centros fuertes en Roma y en el Véneto, donde confluyen en el grupo los cuadros que ya desde años atrás venían interviniendo en las fábricas de Porto Marghera. El primer número del periódico sale en septiembre; el editorial se titula «De La classe a Potere Operaio» e ilustra las posiciones del grupo:
[...] Se ha dicho claramente que existe un salto del discurso llevado a cabo con La Classe hasta el que se plantea con Potere Operaio. No es un salto que se determine en abstracto sino que está provocado por el nivel de las luchas y, en primer lugar, por las urgencias de organización[...].
La revuelta de las mujeres refiere un episodio de diciembre de 1975 en Roma. Tras un bochornoso intento por parte de militantes (hombres) de Lotta Continua de intervenir en una manifestación feminista, las mujeres de la organización ocuparán la sede central de su propio partido como protesta. La crisis abierta será una de las claves de la disolución de LC a pesar de la reflexión de Sofri a propósito de la ocupación de la sede: «Esto es intolerable para un partido que se pretenda disciplinado pero imprescindible para un partido que se pretenda revolucionario». Por otro lado, los problemas con los servicios de orden eran habituales a muchas organizaciones. Para el caso de LC, buena parte de los miembros de su servicio de orden formarían después la organización armada Prima Linea:
[...] Digámoslo claramente: Agnelli ha descubierto las limitaciones de la «lucha continua», del bloqueo de la producción, a pesar de que esta perspectiva le aterrorice hasta el punto de hacerle perder la cabeza [...] es necesario, entonces, ir más allá de la gestión obrera de la lucha de fábrica, más allá de la organización de la autonomía, para plantear una dirección obrera sobre lo inminente, sobre el presente y el futuro ciclo de luchas sociales. La simple coordinación ya no basta, la unificación de los objetivos ya no es suficiente [...] ¿Qué significa dirección obrera sobre este ciclo de luchas? Significa, ante todo, asegurar en los hechos la hegemonía de la lucha obrera sobre la lucha estudiantil y proletaria [...] El fin de la autonomía del movimiento estudiantil, como organización específica articulada en varias tendencias (obrerista, m-l, anarquista) ha sido sancionado precisamente por la experiencia turinesa de la asamblea permanente obrero-estudiantil. [...]
[...] Resulta incluso superfluo decir que Potere Operaio rechaza presentarse como órgano de las presentes o incluso de las futuras asambleas obrero-estudiantiles, tanto por lo absurdo de la propuesta como por la incorrección que supondría un proyecto de este tipo. La batalla de línea por la creación de una dirección obrera del ciclo de luchas es otra cosa. Ante todo, requiere un punto y un radio de acción de los cuadros obreros que no esté limitado a la organización de la lucha en la fábrica. No es, sin embargo, una teoría de los cuadros lo que puede garantizar una dirección política. El problema que se afronta es el de la relación entre autonomía y organización y el papel de las vanguardias de clase; la compleja relación que vincula luchas obreras y luchas populares en general. [...]
[...] organización del rechazo del trabajo, organización política obrera. Ayer el problema era el de la lucha continua, hoy es el de la lucha continua y organizada. [...]
[...] ¿Por qué entonces Potere Operaio? En ningún caso para recoger una clave o una denominación de los grupos minoritarios de los años sesenta. Al contrario, Potere Operaio para tomar la dinámica de la lucha de masas de la clase obrera en los sesenta, para conquistar este formidable impulso a la organización obrera global, entendiendo como central la lucha de masas para la organización de la subjetividad, para planificar, guiar y dirigir las luchas obreras de masas. [...]
[...] La urgencia de la dirección obrera del combate revolucionario, contra la organización capitalista del trabajo, es pues la piedra angular para interpretar nuestra asunción del grito Potere Operaio como construcción efectiva dentro de la lucha de clases, a través de la lucha de masas, de la dirección política, de la organización obrera de la revolución. [...]
La revista Potere Operaio continuará saliendo hasta la disolución del grupo a finales de 1973, con una periodicidad primero quincenal y después mensual. En septiembre de 1971, tras el fracaso de un proyecto de unificación con Il Manifesto, a la revista mensual, ya exclusivamente de carácter teórico, se le añade un semanario «Potere Operaio del lunes» que entrará de manera efectiva en circulación a partir de febrero de 1972.
::Fuente: La horda de oro: 1968-1977. La gran ola revolucionaria y creativa,política y existencial. Nanni Balestrini . Primo Moroni. Ed Traficantes de Sueños
Enlaces relacionados de interés
:: Archivo Digital de la Autonomía Obrera
:: ¿Qué es la autonomía obrera?
:: ¿Qué fué de la Autonomía Obrera? Klinamen
:: Las huelgas en Francia durante mayo-junio de 1968. Eutsi
:: Dominio y Sabotaje. Antonio Negri
:: Los libros de la Autonomía Obrera. Antonio Negri
:: La horda de oro (1968-1977). Nanni Balestrini - Primo Moroni
:: La lucha. Nanni Balestrini
:: La FIAT. Nanni Balestrini
:: Cebolla. Nanni Balestrini
::Almacén Okupado. Italia 1977. Nanni balestrini
::Italia: los años duros de la Fiat. Nanni Balestrini
::Luchas autónomas en los años setenta. La Autonomía Obrera. Nanni Balestrini
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